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Crítica Descifrando Enigma (The Imitation Game)

Publicado el 19 febrero 2015 por Cineenconserva @Cineenconserva
Crítica Descifrando Enigma (The Imitation Game)
Seguimos repasando las películas con más nominaciones a los Oscars. Esta vez le toca el turno a Descifrando Enigma (The imitation Game, Morten Tyldum), que cuenta con 8 nominaciones, incluyendo mejor película, director, y mejor actor principal para uno de los mejores actores de la actualidad, Benedict Cumberbatch
El héroe invisiblePor María José Agudo @Mary_Agurod
La Historia (con mayúsculas) puede ser muy desagradecida con aquellos héroes que no responde al patrón de lo convencional. Ese parece ser el mensaje que subyace en este correcto biopic que narra parte de la vida del brillante matemático Alan Turing, considerado el padre de los ordenadores modernos.

El guion de Grahan Moore, adaptado del libro de Andrew Hodges "The Enigma", se centra en dos hechos fundamentales en su vida. Por una parte, cuenta como Turing, no sin dificultades, creó la Bomba, la máquina que descifraría “Enigma”, el código secreto utilizado por el Ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial. Gracias al revolucionario invento, la sangría se redujo en dos años y fue posible la victoria de los aliados. El otro hecho que vemos esbozado fue la detención de Turing por “conductas indecentes” en 1952. Juzgado por homosexual, (algo habitual en esa época en Gran Bretaña, como también se hizo en otros muchos países, no olvidemos nuestra famosa “Ley de Vagos y Maleantes”, modificada por Franco en el 54 para incluir en este grupo de “delincuentes” a los homosexuales), fue condenado a castrarse químicamente para matar sus indecorosos deseos, lo que le llevaría poco después al suicidio. Esta parte es sutil pero contundente a la hora de hacernos ver que aunque el horror de la guerra acabó el fascismo seguía campando a sus anchas. Hay también otro acto en la película, narrado en flashback, que nos lleva a entender un poco más al Turing adulto, a la primera vez que tuvo que codificar sus sentimientos e imitar a una máquina. Es aquí en donde sucede una de las escenas más emotivas, protagonizada por un joven Turing (Alex Lawther).

Con una portentosa interpretación de Benedict Cumberbatch, quien se mete en la piel de un genio con muchas aristas, el principal escollo de Descifrando Enigma es su formalismo, el poco riesgo que asume, transmitiendo la sensación de que si todo no hubiera estado tan medido hubiera podido calar más en el espectador. Nunca se podría decir que es un mal film, puesto que todo en ella está a la altura (puesta en escena, reparto, banda sonora del gran Alexandre Desplat…) pero el resultado huele a producto concebido para arrasar en los Oscars, a fórmula calculada de los archipoderosos hermanos Weinstein. 

Es de agradecer que el libreto no sea tan facilón como en otros trabajos similares, aunque encontremos la típica frase de superación que se repite como un mantra a lo largo del metraje. La historia gana puntos debido al complejo retrato que se nos muestra de Turing; a ratos humano, a ratos una máquina incapaz de empatizar o relacionarse con otros seres humanos. Es por tanto, la enigmática personalidad de este genio la principal fortaleza de esta obra.

Lo mejor: El personaje que compone ese monstruo de la interpretación que es Cumberbatch. Pocos pueden imitarle.
Lo peor: La ecuación que dirige Morten Tyldum (Headhunters) es perfecta pero convencional.
Crítica Descifrando Enigma (The Imitation Game)

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