Crítica: 'Drive'. El Escape

Uno pudiera pensar que este tipo de películas ya no tienen nada más que ofrecernos y de repente llega un director que cambia nuestra percepción para bien.

Desde los primeros instantes somos expuestos a un saludable suspenso que permiten mantenernos atentos a lo que sucede en la pantalla, lo sorprendente es que todavía no conocemos a nuestro protagonista y ya nos estamos preocupando por su futuro. Un don que no es muy fácil de adquirir en estos días.

El responsable de hacer que nos interese el filme es Ryan Gosling, quien sin duda ha tenido un excelente año al tener nominaciones de asociaciones de críticos en todas las películas en las que ha participado. Es por eso que es injusto que no haya sido reconocido en los grandes premios de la Academia, aunque no los culpo al tener puro peso completo nominado en la categoría, algo tenía que ceder y ese fue Gosling. Pienso que por tratarse de una historia tan común que ya hemos visto un buen número de ocasiones, no fue suficiente para obtener el reconocimiento que muchos fanáticos hubieran deseado, por eso resulta una grosería la única nominación en mejor edición de sonido como si se tratara de una cinta del montón.

El personaje de Gosling es un témpano de hielo andando que no emana sentimiento alguno con facilidad y sin ningún nombre al que podamos tener como referencia. Su principal fuente de expresión es su rostro que mira fijamente a la carretera como si fuera su único propósito para vivir. No le importa salir volando por los aires como doble en una película o ser el chofer de unos delincuentes que acaban de asaltar un negocio, queda claro que el sólo quiere manejar su automóvil. Es entonces que “Drive” te cuestiona a cada instante quien este personaje, siguiendo sus aventuras con atención hasta conocer quien es realidad.

El director Nicolas Winding Refn se hizo famoso en 2008 por el filme “Bronson”, al mostrarnos la naturaleza del prisionero estrella del sistema carcelario del Reino Unido. Su estilo se basa en escenas que permiten la introspección del personaje al mismo tiempo que magnifica los escenarios en donde se encuentra. No escatima en el uso de la banda sonora para frenar la acción, otorgándonos momentos de aparente paz, seguidos por una explosiva escena que cambia cualquier percepción que pudiéramos tener. Es así como “Drive” continua con ese estilo propio del director, para convertirse en una serie de escenas que en apariencia no brinda muchas emociones, pero que conforme transcurre la cinta se han acumulado a tal grado que explotan en nuestro rostro.

Es injusto decir que todo el peso de la película recae en los hombros de  Ryan Gosling, quien al igual que él, su compañera de elenco Carey Mulligan también se la pasa recolectando reconocimientos por la crítica especializada. Su interpretación de la vulnerable Irene no tendrá demasiado atractivo al representar la típica diosa del amor por la cual un caballero esta dispuesto a luchar, pero lo que la hace tan especial es que a diferencia de “Driver”, ella si expresa sus sentimientos de afecto y tristeza por lo que le ocurre. Su inocente rostro en medio del peligro que la acecha, se vuelve un personaje del cual buscamos lo mejor y por lo tanto con peso para las decisiones que Driver esta dispuesto a tomar.

No puedo olvidar al talentoso trío de actores Albert Brooks, Bryan Cranston y Ron Perlman, que con sus breves apariciones no sólo demandan nuestra atención, si no que permiten darle importancia a la película. Pero quien se lleva mi mayor aprecio es el gran Sr. Brooks con su despiadada interpretación de Bernie Rose, que sin exagerar provoca temor cuando se trata de “negocios”. Es por eso que aún tratándose de las mismas historias de siempre, el gran equipo actoral borra cualquier impresión de que ya hemos visto esto anteriormente, para darnos una cátedra porque son profesionales en su medio.

Si lo suyo son las escenas de acción, entonces “Drive” lograra satisfacer su necesidad de adrenalina con varias secuencias de persecuciones de autos a cientos de kilómetros por hora en las horribles calles de Los Ángeles. Lo mejor es que se deja atrás el uso de los efectos digitales al darnos una experiencia a la antigüita con expertos haciendo uso de sus capacidades.

La cinta tiene una característica parecida a una olla de presión que se contiene hasta comenzar ha explotar con varias secuencias violentas que van aumentando en escala. Solo que es en los últimos veinte minutos cuando llega a su clímax y por lo tanto el resto llega a perder el suspenso que nos mantenía atentos en nuestro asiento. Con escenas de ultraviolencia como herramienta para mantener el impacto es como se sostiene el desenlace que se niega a ser predecible, cuando resulta serlo. El guión de Hossein Amini mantiene un detalle crucial en el anonimato para recuperar esa zozobra pérdida, resultando en un desesperado final feliz.

Con tantas versiones de esta misma historia: de alguien que se topa con la mafia y que no acepta pasivamente su destino. Lo que hace diferente a “Drive ” no es precisamente el guión o sus escenas de acción, si no la forma en que el director Nicolas Winding crea escenas poéticas de la violencia que se desencadenan en la pantalla. Es por eso que vale la pena reconocer su esfuerzo, aunque sean los fanáticos y no un grupo de Hollywood otorgándole una estatuilla dorada.

Calificación: ★★★★☆ 

Trailer Drive El Escape