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Crítica dying of the light (2014), por albert graells

Publicado el 17 febrero 2015 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA DYING OF THE LIGHT (2014), POR ALBERT GRAELLS
Sinopsis: Evan Luke, un veterano agente de la CIA, debe volver de su retiro para enfrentarse a Banir, un peligroso terrorista al que creía haber eliminado hace años.
Al ver “Dying of the light” resulta imposible no compararla con “A most wanted man”. Ambas películas son, consecuentemente, post 11-S. No sólo son críticas en cuanto a las actuaciones de la CIA determinadas por la política exterior de Estados Unidos (no es nada nuevo cinematográficamente, films como “The good sheperd” o “Body of lies” también trataron el tema desde la misma mirada crítica), sino que además tienen la virtud de ser las películas que han mostrado la administración de los servicios de inteligencia y sus técnicas de espionaje de la forma más realista, sobretodo “Dying of the light”.
Lo que más destaca de los aspectos que comparten los films de Paul Schrader y Anton Corbjin es su habilidad a la hora de mostrar la cotidianidad de la vida de los personajes dentro una contextualización y una ambientación ambiciosas. Eso permite a ambas películas contar grandes historias con presupuestos limitados, y ahí radica la grandeza de sus guiones. El espectador queda tan maravillado y atrapado por una historia tan interesante y contada de forma tan apasionante que se olvida de la casi nula parafernalia adrenalínica de la que carecen ambos films.
“Dying of the light” es un claro ejemplo, pues con muy escasos medios (apenas costó cinco millones de dólares) es capaz de generar en el espectador tanto interés en la historia como las mejores películas de James Bond o Jason Bourne. A eso también ayudan un extraordinario Nicolas Cage, ofreciendo su mejor interpretación desde “Lord of war”, y un fabuloso Anton Yelchin, un monstruo de la interpretación que en esta ocasión muestra una sensacional actuación.
CRÍTICA DYING OF THE LIGHT (2014), POR ALBERT GRAELLS
La fotografía de Gabriel Kosuth es otro añadido a la calidad del film pues, al igual que la fotografía de “Diamond flash” (por poner un ejemplo), diseña la planificación visual para permitir explicar lo máximo posible mostrando lo mínimo posible, consiguiendo que la limitación presupuestaria no sea un obstáculo para las ambiciones del film. El trabajo de iluminación es igualmente notable, sencillo pero efectivo.
Con “Dying of the light” podemos estar hablando tranquilamente de una de las mejores películas del pasado año, en el que todos los que han participado, desde el propio director hasta el chico que repartía los cafés en el set de rodaje, han dado lo mejor de sí y se han lucido. Lamentablemente el último trabajo como director de Paul Schrader se ha visto condenado a una muy limitada distribución y a un trato injusto por parte de la crítica “especializada”. Quien escribe recomienda no hacer caso de las irrazonables malas críticas y evitar perderse esta obra maestra, una de las mejores películas sobre espías y servicios secretos que el arriba firmante ha tenido el placer de disfrutar.
Mi calificación es:CRÍTICA DYING OF THE LIGHT (2014), POR ALBERT GRAELLS

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