Revista Cine
Mark Wahlberg se enfrenta con el personaje de Jim Bennett a uno de los mayores retos de su carrera. La película se trata de un remake de 1974 en la que da vida a un profesor de literatura que tiene un gran problema de adicción al juego y que durante una semana tendrá que recuperar una gran cantidad de dinero para saldar las cuentas pendiente que tiene. Toda la trama de la película gira en torno a su personaje y a lo que le acontece así como en menor medida lo que afecta a los demás personajes su actitud y sus acciones. Jim es un personaje complejo con el que empatizamos desde el primer momento, su sufrimiento es el nuestro aunque nos resulte bastante incomprensible esa espiral de autodestrucción a la que se somete. No se trata como en Leaving las vegas beber para matarse sino ponerse deliberadamente en una situación peligrosa en la que difícilmente saldrá bien parado. No apuesta para ganar, pagar las deudas y empezar de nuevo, sino que parece que apuesta a perder y que sea otro el que acabe con su sufrimiento. Que no entendamos (o no compartamos) su motivación no hace que sea más difícil seguirle en este viaje. Es un personaje abocado a un final trágico más que previsible y lo único que nos queda es acompañarle en su viaje sin que podamos hacer nada para ayudarle. Sin duda el personaje de la alumna que está con él en la mayor parte de su aventura es el que se identifica con el espectador. Wahlberg no está solo en esta aventura y se ha juntado con un grupo de actores entre lo que cabe destacar Jessica Lange como la sufridora madre, Brie Larson (vista recientemente en Las vidas de Grace) como la alumna aventajada o John Goodman como uno de los prestamistas a los que Jim debe mucho dinero. La película cuenta con una hermosa fotografía que hace de la historia más un cuento que una historia realista y una gran selección en la música. Sin duda es una gran película que no podemos más que recomendar. Toda una opción para despedir las navidades.