Comentaba el director que se había basado en el "corralito" argentino para desarrollar su idea inicial. Lo curioso es que el paso del tiempo desembocó en la realidad española. En ese sentido, no podía ser más oportuna la película.
Pretende, en cierta forma, recordar esos clásicos de los años 70 y 80 que recreaban la delincuencia juvenil como "La estanquera de Vallecas". Sería imperdonable por mi parte comparar ambas películas, pero es cierto que hay muchas escenas que se asemejan al cine que hacía Eloy de la Iglesia. La situación económica actual podría devolver a escena aquéllos delincuentes de poca monta que se convertían en ídolos de la población.
Si la salvación del cine español viene de la mano de este tipo de productos.... que se pare el mundo, que yo me bajo.
José Daniel Díaz