La película, disponible en la plataforma de streaming Netflix, nos explica la historia de Salvador (Roberto Álamo), Lucía (Inma Cuesta) y su hijo (Asier Flores), que viven aislados de la sociedad española del siglo XIX, en un paraje árido en el que no hay vida apenas. La guerra y la violencia pasan desapercibidas en su rutina, que no varía de un día a otro, hasta que la aparición de una misteriosa y violenta criatura de leyenda les empieza a acosar y pondrá a prueba la relación madre e hijo.
Casademunt, consigue crear una atmósfera asfixiante y oscura a la que le ayuda un gran trabajo de fotografía y una banda sonora acorde al ambiente. Es cierto, que poco a poco la trama va decayendo. Sin embargo, merece la pena verla ya que consigue meterte de lleno en esa pesadilla que ambos protagonistas, madre e hijo, sufren.
Este thriller de terror, gira entorno a enfermedades reales, como el miedo, la depresión, la soledad, el aislamiento y las tendencias suicidas derivadas de ello, nada más lejos de la realidad actual en la que vivimos. Eso es lo realmente terrorífico como así lo demuestra los créditos introductorios de la misma película que plantea que hubo mucha gente en el siglo XIX en España, que, cansados de vivir los horrores de una guerra tras otra, decidieron irse a vivir retirados de otros seres humanos.
En definitiva, una buena apuesta que merece la pena.
Mi puntuación: 6/10
David Sanmartí
@ddsanmarti
Festival de Sitges 2021