‘Aún con petróleo, sigue siendo pobre’.
★★½☆☆
Los atajos que utiliza para ser reconocida como una súper producción terminan haciéndole más daño que bien, quedándose cortas sus ambiciones de que el filme sea digno de comparación con ‘Lawrence de Arabia’.
La película es una adaptación de la novela “South of the heart: a novel of modern Arabia”, (Corazón del sur: Una novela de la moderna Arabia), escrita por el autor suizo Hans Ruesch, y está ambientada en Arabia durante el año de 1930, cuando surgieron conflictos entre líderes tribales que pelearon por tener el control de un mayor número de pozos de petróleo.
Con un elenco de reconocidos actores internacionales, es como se pretende facilitar a la audiencia la incursión de un producto cinematográfico, que propone ser un orgullo para una nación de Qatar en constante misión por el reconocimiento internacional. Es así, que sin ninguna dificultad económica, es posible tener a Tahar Rahim (Un Profeta), Antonio Banderas, Mark Strong y Freida Pinto, en personajes demasiado contemporáneos para hombres y mujeres tribales de casi un siglo, haciendo de su indiscutible carisma natural un acierto que termina negándole la necesidad de veracidad a la cinta. Pero ese no es el mayor problema que tiene la película del director Jean-Jacques Annaud, famoso por ‘Siete años en el Tíbet’, ya que unas cuantas dudosas actuaciones de parte del elenco, casi terminan por hundir la película, cuando ni tan siquiera transcurre la primera hora.
No se cual haya sido la motivación del actor Antonio Banderas al momento de interpretar Emir Nesib. ¿Habrán sido tan calurosas aquellas tierras, que se imaginó que estaba en una comedia? Lo que haya sido, no le hace ninguna gracia a un personaje que provoca un desequilibrio en el drama épico que pretende ser. En pocas palabras, exagera demasiado y el diálogo que se ve forzado a decir, tampoco le hace un favor. La tensión que debe de existir entre dos reinos con un pacto para respetar las tierras ricas en petróleo, se pierde con un Banderas que termina siendo un bufón.
Menor daño, más sin embargo gris es la participación de Freida Pinto. Ya me estoy cansando de esperar haber cuando nos ofrece una personaje digno de reconocimiento más allá de ‘¿Quién quiere ser millonario?’, hasta ahora sólo ha sido caramelo para los ojos, pero demasiado tiesa en la actuación. No sale de ser el interés amoroso del protagonista ya sea con monos, semi-dioses y ahora hasta príncipes árabes.
La salvación ante la mediocridad llega con Tahar Rahim, quien después de casi una hora perdiendo el tiempo con Balderas (hasta no volverlo a ver hasta el final), tenemos a alguien digno de conocer sus aventuras. Es hasta entonces que se revela la trama principal y por fin comienzan las batallas en medio del desierto que fueron prometidas durante la publicidad.
Es injusto negar que al menos es entretenida, pero es gracias a la estructura de la novela que se hace presente en todo momento lo que hace que le de continuidad a la película. Es el desatino del director Jean-Jacques Annaud en fundamentar ciertos eventos lo que hace que esta aventura sea irregular: por un lado tenemos la muerte de un personaje (desechado en una escena tan fugaz, que quisiera tener un control remoto para volverlo a ver) capaz de ser el motor de un conflicto bélico y a cambio tenemos unos seres inmutables que después se la pasan debatiendo en un concilio tribal las imposibilidades religiosas de tener dinero por el petróleo y porque uno de los hombres en turbantes rompió su palabra. Luego tenemos una boda, que se supone debe de ser una posible solución y termina siendo relegada a unas cuantos momentos secos como la arena, que no brindan el aspecto dramático que se supone debe de existir.
‘El Príncipe del Desierto’ prometía por los elementos interesantes que se conjugaron en una decepción. Es en esa ambición por ser un producto hollywoodense lo que la hunde, cuando el camino a seguir era el de la modestia: con un elenco árabe, un director que sepa apreciar el dilema del pueblo ante la oportunidad que representa el petróleo para la región y una sensibilidad dramática para los aspectos culturales.
Trailer El Príncipe del Desierto | Oro Negro | Black Gold