Dirección: Pierre Salvadori. Elenco: Catherine Deneuve, Gustave Kervern, Féodor Atkine, Pio Marmai, Michèle Moretti y Nicolas Bouchaud. Distribuidora: IFA Cinema. Duración: 97 minutos. AM13 Estreno en Buenos Aires: 19/03/2015
Ya no sé que puedo hacer si ya me quedé sin voz
Con All My Little Words, el mega hit emotivo y melancólico de los fantásticos The Magnetic Fields, comienza En un patio de Paris, el nuevo film de Pierre Salvadori -De vrais mensonges (2010) ,Hors de prix (2006)-. La elección musical no es casual, ya que la canción habla de cierta belleza natural, que se pierde, disipa, desaparece o bien se despide de nosotros...
La historia inicia al presentarnos a Antoine ( Gustave Kervern, quien anteriormente ofició de co-director de distintas producciones francesas), un músico que a partir de una crisis previa a un recital que desencadena ataques de pánico y depresión; decide abandonar todo, al punto de dejar su trabajo y a su pareja. Un buen día asiste a una entrevista de trabajo para obtener un puesto como portero/encargado de un edificio -tipo conventillo parisino-, sus empleadores tienen sus propios problemas, por lo que lo contratan pese a las dudas que éste personaje les genera.
Poco a poco la historia va centrándose en el desfile de rarezas que circulan por ese edificio y ese patio: desde un miembro de una secta religiosa, hasta un vecino obsesionado con los ruidos y con perros que por las noches LADRA. A esto se suma Mathilde ( Catherine Deneuve), quien es la esposa del empleador, y habita el quinto piso del conventillo. Ella es voluntaria en distintas organizaciones, pero también tiene algunas irregularidades en su sanidad mental -mayores a las de Antoine, el nuevo encargado- y está aterrada por grietas que aparecen en las paredes de su departamento.
Poca a poco esa preocupación, vira a obsesión y esto lleva a la mujer a convocar y movilizar a todo el vecindario para hacer algo al respecto, por más que especialistas ingenieros y arquitectos le afirmen que no hay peligro alguno en las viviendas. Sin embargo, esas grietas están diciendo algo más, hablan de su propia fractura emocional y del momento gris que está atravesando. La depresión de Antoine y Mathilde se va conectando y empiezan a forjar una amistad a la par que ambos continúan con sus padecimientos y sus locuras.
En definitiva, En un patio de París parece comenzar como una comedia costumbrista plagada de gags típicos de las producciones de este origen, pero es mucho más que eso; incluye drama y situaciones angustiantes sin caer en el golpe bajo, en una puesta en escena digna de un relato teatral que si bien tiene lugar en una de las cuidades más bellas y glamorosas del mundo, se narra de forma simple, sencilla y cotidiana. Aplausos extras para la eterna maravillosa Deneuve y la dupla actoral que conforma con Kervern.