Crítica | “Escobar: Paraíso perdido”, gran Benicio

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Título: Escobar: Paraíso perdido (Escobar: Paradise Lost)

Dirección: Andrea Di Stefano

Guión: Andrea Di Stefano

Reparto: Josh Hutcherson, Benicio Del Toro, Brady Corbet, Claudia Traisac, Carlos Bardem, Ana Girardot, Laura Londoño

Género: Thriller, Romance

Duración: 120 minutos

Año: 2014

País: Francia

Música: Max Richter

Fotografía: Luis David Sansans

Productora: Co-producción Francia-España-Bélgica; Alta Films / Chapter 2 / Nexus Factory / Pathé / Roxbury Pictures

Distribuidora: eOne Films

Cuando se sale de ver “Escobar: Paraíso Perdido” uno tiene esa extraña sensación de no saber exactamente cuáles eran las intenciones de su director/guionista con esta película. En un principio parece que nos encontramos ante un drama romántico, donde vemos a Nick, un surfista que con su hermano se va a vivir a una playa colombiana, donde se enamora de una chica, que resulta ser la sobrina de Pablo Escobar, el cabecilla del Cartel de Medellín. A partir de aquí se nos describirá toda la relación que tiene el narcotraficante  con toda su familia, utilizando al protagonista y a la novia como el eje conductor de la descripción. Pero la decisión de Pablo Escobar de entregarse a las autoridades hará que la película tome un rumbo distinto, abrazando al género del thriller.

El enfoque de la película me parece un acierto, aunque luego en la parte final se convierta en su “pequeño” tendón de Aquiles. Una de las grandes ideas de la película es escoger a Nick como el eje central de la acción y que a través de su relación con Maria, la sobrina de Escobar, nos intente describir al narcotraficante, centrándose en la parte más familiar de éste y escondiendo al espectador, y a Nick, su lado más oscuro. Esta forma de narración me parece muy interesante, ya que iremos descubriendo todo al mismo tiempo que el protagonista, pero cuando el film se convierte en thriller pierde un poco de interés, ya que te das cuenta que la descripción que ha habido anteriormente no ha sido lo suficientemente incisiva para que los hechos sucedidos en la segunda mitad de la película surjan de forma verosímil y sobretodo causan dudas de lo que realmente quería describir esta obra en términos generales.

La elección de Benicio del Toro para interpretar a Escobar es simplemente brillante, sabiendo captar perfectamente esa dualidad que el personaje requiere, mostrándose en público como una persona generosa y familiar, pero siendo una persona fría, cruel y calculadora con su negocio. Es de esos personajes que aunque parezcan cercanos siempre transmiten temor y respeto, cosa que el actor puertorriqueño lo consigue plasmar de forma excelente. Para darle replica se ha escogido al actor Josh Hutcherson (Peeta en “Los Juegos del Hambre”) que, sin ser un gran actor, se defiende bastante bien, dándole a su personaje ese aire de despreocupación e ingenuidad que requiere el papel.

“Escobar: Paraíso Perdido” es una película entretenida, con un Benicio del Toro fantástico y un enfoque que la hace muy interesante (sobre todo en la primera parte) y para nada monótona, pero que tiene el gran problema de no saber describir ciertas situaciones para que su desarrollo sea totalmente lógico en la parte final.

Crítica: Nacho Lapuente