Si la belleza fuera suficiente
★★½☆☆
Lo primero que se han de preguntar al momento de ver está película en cartelera y comprar un boleto es ¿por qué? Ya la mayoría conoce la historia de Blancanieves, ya sea como cuento o su famosa versión de dibujos animados que hizo historia como la primera película de su género en 1937. Entonces, ¿qué tiene de especial entre tantas versiones, para justificar una ida al cine?
Lo llamativo es el protagónico de Julia Roberts como la malvada bruja, que no sólo pretende asesinar a la inocente adolescente, si no también quiere robarse el cuento, la película, el príncipe, el reino. Bueno, si tuviera conocimientos de geopolítica, hasta el mundo entero. Mientras que la actriz hace lo suficiente para entretenernos con un adecuado balance de maldad sin caer en sobreactuación, su presencia no es suficiente para salir satisfecho, más allá de ser el cebo para llamar la atención, depende de un elenco que hace su mejor esfuerzo, pero que carece de la química necesaria para que las escenas funcionen.
Con las debidas modificaciones, esta versión tiene a la Reina (Julia Roberts) al borde de la quiebra viviendo en su castillo lujurioso a expensas de los impuestos de la gente. Blancanieves (Lily Collins) es la hija del desaparecido Rey, legitima heredera al trono y objeto de desprecio de ya saben quien. Para complicar la situación, Blancanieves conoce al Príncipe Andrew (Armie Hammer), formándose una aparente atracción romántica, pero la Reina tratando se solucionar sus problemas económicos decide casarse con el joven a cualquier precio.
Al inicio, la mayoría del tiempo trascurre en escenas de Julia Roberts despachando a sus sirvientes y en especial a Brighton (Nathan Lane), en lo que se supone son las escenas cómicas. Los diálogos son inocentes y hasta irónicos en como manejan el conocimiento que tenemos del cuento para cambiar ciertos detalles, si no logran sobresalir es porque no existe demasiados cambios a la fuente original para sorprendernos. Después de darle la mayor cantidad de tiempo posible a la actriz de renombre, es que el filme se enfoca en las aventuras que tiene Blancanieves y descubrimos la falta de presencia que tiene la actriz Lily Collins para poder continuar con la trama. No voy ha exagerar diciendo que arruina la película, es sólo que no tiene el peso necesario en su interpretación para creer las circunstancias por las que atraviesa. Ni cuando es amenazada de muerte, peleando con una espada, o hasta besando al príncipe; es increíble que sus gruesas cejas impacten más que de quien se supone es la protagonista.
El origen de la comedia proviene de las modificaciones que sufren los clásicos personajes, empezando por el príncipe que a cada rato necesita ser rescatado, hasta los enanos víctimas de la mala publicidad que los hacía ver fastidiosos. Es precisamente el intrépido grupo de enanos de lo mejor que tiene el filme en lo que se refiere a personajes, al ser transformados de simples mineros a ladrones del camino al estilo de Robin Hood. Cada uno con su respectiva personalidad, que van desde ‘Lobo’ a ‘Napoleón’ logran brindarle espontaneidad a una película demasiado predecible. Tampoco esperen risas a carcajadas, al ser el humor demasiado infantil y simplón digno de niñas preadolescentes.
Si la belleza fuera suficiente, entonces el director Tarsem Singh no tendría mucho de que preocuparse. En lo que se ha vuelto un punto a favor, en todas sus obras sobresale el diseño de los escenarios y no hay mejor ejemplo que la interpretación del espejo de la Reina, que resulta ser una puerta a otra dimensión. Ni que decir del castillo al filo de un risco, donde muchos podrían considerar zona de alto riesgo. Pero como ya se ha vuelto costumbre, sigue sin ser capaz de crear una producción que no se sienta letárgica porque no logra infundirle la energía suficiente a sus personajes o se siente tan plana que cualquier esfuerzo es inútil.
El mayor valor que tiene la cinta es el trabajo artístico del diseñador de vestuario Eiko Ishioka, quien lamentablemente falleció a inicios de este año. Lo primero que sobresale es el bello vestido que porta la Reina, pero el talento se vuelve soberbio con el atuendo que utiliza Blancanieves en el baile real: una especie de vestido de cisne, tan elegante como extraño.
Al final ‘Espejito, Espejito’ es hermosa, pero demasiado simplona y no tan interesante para ser tomada en cuenta.
Trailer Espejito Espejito (Hispanoamérica) | Blancanieves (España)