Verdaderamente, el Fernán Gómez se está reinventado para mejor: sin dejar nunca de lado su dedicación al teatro (como debe ser), está creando unos ciclos de lo más curiosos y originales (ya no sólo explora el terreno de la música), en los que invita a creadores de lo más peculiar; convirtiéndose, por tanto, en un teatro realmente diferencial en la capital del Reino.
El caso del ciclo del que haré la crítica es un buen ejemplo, pues intenta renovar el concepto de lo poético en la actualidad (y desde luego, tiene más visos de conseguirlo que el espantoso “Los martes, milagro”)… lo logrará o no, pero, desde luego, el intento tiene un mérito difícil de discutir.
-Poética contemporánea: finalmente sólo acudiré a uno de los espectáculos por falta de tiempo (cada vez soy más estricto en su uso) y porque ninguno de los otros me ha llamado mayormente la atención (lo reconozco).
-PEP BOU EXPERIÈNCIES: como curiosidad, decir que toda su información está en catalán (twitter, título del espectáculo… aunque la web sí tiene versión en español -como también en inglés-)… lo que quizás a más de uno le tire para atrás, aunque sólo sea por la inaccesibilidad idiomática. Aunque eso no es tema de la crítica, no compete juzgar al creador o la gestión de su imagen, sino a la creación.
Y lo cierto e innegable es que el espectáculo de Pep Bou es todo lo que le podrías pedir a un espectáculo de burbujas y pompas de jabón; no llega a ser nada más que eso, pero ya no es poco. Ni decepciona ni ilumina. No hay que buscarle más lecturas que la de su belleza estética y la del gran logro o el gran estudio que ha hecho Bou con sus burbujas.
Hablando claro: si el tema os interesa de primeras, el espectáculo no os decepcionará. Si ya en principio no os atrae, no vayáis porque nada os aportará.
El único defecto que le pondría es que es un espectáculo de una duración demasiado corta como para que compense el precio pagado: a duras penas llega a una hora… aunque, teniendo en cuenta que había un público infantil de una edad muy corta (bebes incluso), en una cantidad bastante importante, quizás para ellos fue lo mejor (desde luego, ninguno se quejó, y mantener su atención no es poco mérito).
En definitiva, personalmente, yo debo decir que me gustó, sorprendió y que además me alegró la velada… y teniendo en cuenta lo que es (y que no se le puede, ni debe, pedir más), me parece un logro sumamente notable.