Hace tiempo, comentaba en no sé que crítica, que el Fernán Gómez necesitaba encontrar su identidad dentro de los teatros municipales, pues, directa o indirectamente, tanto el Español como las Naves del Matadero ya la tenían (la asumieran o no).
Actualmente, yo creo que se puede decir que ha conseguido una personalidad propia y diferencial de manera satisfactoria, ¿cuál?, los ciclos de música, toda ella de los más variados géneros, sin centrarse en ninguno en concreto y no metiéndose tampoco en el terreno de otras instituciones teatrales. Brillante, bravo.
A eso hay que sumar el hecho de que tampoco descuida su función teatral, con lo que podemos alabar altamente su aportación cultural a la ciudad.
Así pues, ha sido todo un acierto que, este año, el ya veterano festival de JazzMadrid se haya celebrado en este coliseo.
El programa de mano, por cierto, es una maravilla, pero lo es porque en realidad, no es tanto eso como una programación de todo el festival.
Paso pues, a hacer la crítica:
-JazzMadrid 18: personalmente, como a la gran mayoría, sólo me gusta el viejo jazz que se escucha en las películas ambientadas en los años 20, 30 o el de los musicales originales de esa época… el actual, como muchos dicen, recuerda demasiado a una sintonía de ascensor. Pero para gustos, colores.
Por lo anterior, decidí hacer una muy cuidada selección de a qué iría, y, aunque en principio el cartel puede resultar impresionante y abrumador, finalmente, yo elegí (según mis intereses, gustos, preferencias y documentación recolectada) aquellos que a continuación reseño:
-O SISTER: un grupo verdaderamente particular e interesante que verdaderamente te hace retroceder en el tiempo, si les pusieran el efecto de sonido de un gramófono y no los tuviera delante, juro que creería que son una grabación original de época.
Su perfecta reproducción de los sonidos de la música, voces, y, en definitiva, las canciones de principios del siglo XX es tan increíble que parece que, durante el tiempo de duración del concierto, estés en los felices años 20.
Pero no sólo se limitan a cantar melodías de época… además hacen las suyas propias, en una suerte de nuevo género que bien podría ser calificado como “neojazz de origen”, pues, aún metiendo elementos contemporáneos, sus referencias de época son tantas y tan evidentes, que verdaderamente no desentonaría del todo en su momento.
Por otra parte, sus elecciones musicales están llenas de alegría de vivir.
En definitiva, a quien guste este tipo de música, acudir a ver este grupo le supondrá una gozada, y, para el resto, siempre supondrá un descubrimiento y un agradable viaje en el tiempo.