He de decir que fui a ver esta película a los cines Callao y que la atención al público me pareció absolutamente excelente. La verdad es que le estoy cogiendo mucho gusto a volver a este sitio… es tan histórico, y cuando salgo, por si fuera poco, me encuentro con la no menos monumental Gran Vía, una calle tan dedicada al arte en todos los aspectos… y es que desde que cerraron el Avenida y el Palacio de la Música tenía muy abandonado cinematográficamente este lugar… ¡pero estoy decidido a recuperarlo en todo lo posible con los históricos Callao y Capitol! (que el resto de los cines, no conservan mucho de su glorioso pasado y encanto).
Todos sabemos que esta película de “La Reina de España”, se ha estrenado con mucha polémica y boicot incluido… es más, a la vuelta, cuando volvía a casa, lejos del cine, pude oír a dos señores como comentaban lo de Trueba. El escándalo se basa en las declaraciones del director del filme, que, siendo premiado, y ante el propio ministro de cultura, no se le ocurrió mejor cosa que declarar que él nunca se había sentido muy español y otras cuestiones antipatrióticas. Unas horas después, personas cercanas a él decían que sólo lo había hecho para provocar; y tras el estreno de la película, el propio Trueba aclaraba que no se trataba más que de una broma.
Sea así o no sea así, piense lo que piense realmente Trueba; lo cierto es que resultaría muy irónico que este director no se autocalificase como español, cuando ha sido de los que más han hecho por construir nuestro cine, y de los pocos que le han dado entidad, empaque, capacidad de diferenciación… en definitiva, de los que más ha ayudado a la creación de un estilo nacional que, como ya comenté anteriormente, tanto necesitamos alcanzar y afianzar. Y es que, su cinematografía, no se entiende sino es en el contexto español (al contrario que muchos nuevos directores nacionales de reciente hornada, que hacen creaciones que bien podrían parecer extranjeras… y lo parecen de hecho -por no ser, ni siquiera las personas que vemos delante de la cámara son españolas, en muchos casos-, aunque sea con el dinero de los contribuyentes del Reino de España… a esos realizadores americanizados sí que habría que hacerles un buen boicot), sus temáticas, personajes, estilo… es genuinamente de aquí… sí, tal vez él no será un patriota, pero su cine sí que lo es; al menos en el sentido artístico….
-La Reina de España: “La niña de tus ojos” era una obra maestra, brillante en todos los aspectos, algo realmente sublime. Y además es una película muy apreciada por el público, con lo que no deja de llamar la atención que se haga esta secuela más de una década después. Ahora bien, si haces tal cosa, tienes que asegurarte de que tienes, como mínimo, más que contar, pues superar lo sobresaliente, va a estar complicado, aunque se pueda conseguir, no sería la primera vez. Desgraciadamente, no es el caso.
Nunca entenderé lo que llevó a Trueba a retomar uno de sus filmes icónicos, pues su guión está escrito con desgana y desinterés; sin mencionar un desmedido proselitismo y partidismo de pésimo gusto (yo no seré franquista, pero no me gusta que me vendan la moto de lo malísimo que era el sistema de Franco, y menos de una manera tan insistente y constante). Vamos a entendernos bien, la secuela, que se desarrolla también mucho tiempo después de cuando acaba la primera, comienza con un planteamiento muy interesante, el cómo les ha ido en la vida a los personajes y como les ha afectado el triunfo de la dictadura, hasta ahí todo bien… pero es que luego ya no hay más: la historia es bastante estúpida y simplista, no hay un auténtico desarrollo y evolución de personajes, todo lo que se nos plantea es sumamente tópico, predecible, prosaico… y lo que es peor, la película no tiene gracia, no tiene esa chispa tremenda, ni es tan divertida como lo fue “La niña de tus ojos”.
Y como ya digo, a nivel histórico deja mucho que desear porque está más centrada en la denostación del franquismo que otra cosa. Y al contrario que en “La niña de tus ojos”, aunque también hay referencias a asuntos reales y algún que otro guiño a cosas que sucedieron, por lo general, no terminan de funcionar o de ser tan interesantes como lo eran en la primera película.
Por otro lado, y teniendo en cuenta lo anterior, dudo mucho que personas que no hayan visto el filme precedente a este, puedan entender la película (como ya digo, no hay ningún tipo de presentación o desarrollo de personajes).
Así pues, con este material que deja mucho que desear, Trueba dirige con su eficacia habitual (y haciendo múltiples homenajes al propio cine y sus profesionales), aunque debería haber dejado muchas más secuencias en la sala de montaje; pues la verdad, la extensión del producto final se percibe como excesiva, y al filme le falta ritmo.
Por lo demás, a nivel técnico, tampoco funciona muy bien, aunque hay cierto esfuerzo, se notan muchas carencias en todos los aspectos (fotografía, decorados, vestuario… etc); aunque muchas reproducciones de la época son bonitas.
Sólo queda hablar de los actores, todo un plantel de estrellas hispanas… o que lo fueron; en realidad, visto lo visto, resulta apasionante poder comparar y analizar quienes eran antes de “La niña de tus ojos” y quienes son ahora, dónde han estado y dónde están, quién ha subido y quién ha bajado, quién existía o era alguien y quien no, o quién ya no lo es ahora… pero eso lo podéis hacer vosotros, así que yo me limitaré a citar algunos del reparto artístico comentando su interpretación (sin embargo, no debemos olvidar, como ya he dicho, que no tuvieron mucho material con el que trabajar, así que tampoco podían hacer maravillas):
-Penélope Cruz: retoma con gran sabiduría su personaje del anterior filme, y hace una magnífica interpretación, consiguiendo hablar hasta en inglés con acento granadino, e imita los gestos y estilos de las divas de la época; podría haber hecho de sí misma pues es un papel hecho a su medida, pero no lo hace en absoluto. En definitiva, está perfecta.
-Carlos Areces: hace una de sus habituales imitaciones superficiales, en este caso de Franco, trata de emular mínimamente la voz (y a veces, a pesar de lo corto de su intervención, se lo olvida), pero no copia en absoluto ni el porte ni la gestualidad del dictador, así que no hay quien se lo crea.
-Santiago Segura: hace un trabajo correcto, de esos que no estamos acostumbrados a ver en su caso.
El resto del reparto, hace algo aceptable que pasa bastante desapercibido, nada brillante, correcto, pasable; aunque en general se les puede agradecer y apreciar que mantengan la coherencia con los personajes que interpretaron tantos años antes.
En definitiva, “La Reina de España” ya tenía muchas críticas regulares e incluso malas… y mucho me temo que yo he terminado por no hacer una mejor. La realidad es que sólo puede ser vista y bien entendida para aquellos que hayan visto la primera parte, con lo que tenemos que descontar a una importante parte de posible audiencia; a ello debemos sumarle que la secuela no es ni una sombra de lo que fue la original, lo que también es negativo de cara a los cinéfilos y los que vieron el filme precedente; y como película en sí misma, no consigue funcionar en muchos aspectos, precisamente porque es tan dependiente de la película anterior, y a la vez tiene tan poca entidad propia, que inevitablemente hace aguas por todos los lados. Concluyendo: no es muy mala, pero sí muy olvidable.