Mucho me temo que la Compañía nacional de teatro clásico lleva sin levantar cabeza (o es la conclusión a la que llego si analizo conjuntamente mis diversas críticas) desde que ha vuelto al preciosísimo Teatro de la Comedia… ¡que dos temporadas espantosas llevamos!. Y yo me pregunto, ¿se impone el cambio de Helena Pimenta como directora de la compañía?, cada vez más, considero que sería muy beneficioso.
-Sueños: “artistada” monumental a la que no le quiero dedicar demasiado tiempo ni escritura: es pésima, aburrida, pretenciosa y cursi. De hecho, da la impresión de que ya la has visto, porque es el estilo habitual de este tipo de productos que llega un momento en que parece que están fabricados en serie… no se podía esperar otra cosa de mentes tan “únicas” y “artísticas”.
Ya era difícil adaptar el texto original, pero para que molestarse en ello, ¡menuda tontería!, así que deciden pasar del tema.
La dirección de escena se dedica a hacer que todo sea raro, nada naturalista y que los actores hagan cosas que ni ellos mismos entienden para cuanto más el público.
Todos los actores están fatal, a excepción de Juan Echanove que está haciendo un esfuerzo inútil y esteril, en una obra que no le merece.
En definitiva: esta producción de “Sueños” es mala, la típica obra que sólo entienden los que la crearon, que los eruditos a la violeta varios fingen comprender, y que hace que el resto del público abandone la platea a media representación.