Como a veces retraso tanto hacer las críticas, pues ya prefiero publicarlas en un futuro y que me solucionen la publicación mensual… además, en este caso da especialmente igual, puesto que, dado que es ganadora del Oscar a la mejor película (estos premios nunca recobrarán su credibilidad para mí), todo el mundo querrá verla tarde o temprano.
Sin embargo, supongo que tenemos que alegrarnos de los premios, quizás no deja de ser un reconocimiento subyacente a la comunidad latina en Hollywood, y cualquier tipo de tolerancia siempre es de agradecer.
Y ya que en ocasiones tengo la costumbre de hablar de los sitios a los que voy, y qué supone la experiencia de ir a estos (tradición que comencé en las críticas teatrales), hoy hablaré del cine Cinesa de Méndez Álvaro.
Este lugar destaca por no estar muy céntrico y un tanto apartado, lo que provocó que hace unos años no tuviera demasiado público… tendencia que ha cambiado considerablemente, la gente siempre se acaba enterando de lo bueno.
Como es un edificio construído específicamente para ser cine, destaca por sus grandes salas y espectaculares pantallas, así, si exceptuamos las salas 1, 2, 11, 12, 7 y 8 (apróximadamente, sala arriba, sala abajo), teniendo en cuenta que son 16 salas en total, tenemos un buen porcentaje de grandes salas (porque voy a decir la verdad, cuando acudo al cine, quiero ver una pantalla gigante, porque para no ser así, ya tengo el televisor de mi casa; y teniendo en cuenta el tamaño de las salas de algunos cines, a veces no hay mucha diferencia -y lo digo medio en broma, medio en serio-).
Hace tiempo lo gestionaba UGC, pero ya desde hace bastante se ocupa Cinesa (cadena que parece estar monopolizando Madrid), que se puso muy en la labor e hizo múltiples reformas cuando entró para franquiciarlo por completo, por esto último, el conjunto no se diferencia de otros cines de esta cadena, con el mismo tipo de butacas y todo eso. Estas son cómodas cuando te acostumbras a ellas, pues son demasiado firmes para mi gusto.
Por otro lado, como en toda la cadena Cinesa, es muy recomendable conseguir la tarjeta, que aunque cuesta dinero hacérsela “por gastos de tramitación” (o algo así, ja, ja, ja), acaba por compensar; aunque sólo sea para que de vez en cuando se rebaje el precio de las entradas ligeramente… porque con los puntos ya no soñéis, es el sistema más vil y tramposo que he visto jamás: caducan cada pocos meses; desaparecen si pasas un tiempo sin ir al cine… etc; es un sistema realmente perverso, así que, a menos que estéis yendo un día sí y otro también a esa cadena de cines, no compensa ir ahorrando puntos por el simple hecho de que te los van a quitar.
Por lo demás, la atención al público, salvando algún caso excepcional, es absolutamente fría y aséptica, cuando no desganada; el día que consigan sustituír definitivamente a las personas por máquinas (y no les falta promoción para ello, pero que quieres, yo creo que en general todos preferimos tener una persona con la que hablar y que escuche en vez de una máquina…) no creo que notemos mucho la diferencia, con franqueza, triste pero cierto.
Los precios son los habituales de la cadena, es decir, muy caros si no sabes cazar algún descuento o día excepcional de rebaja (que cuando los tienen son muy buenos, así que hay que estar al loro)… pero yo creo que, en general, ir al cine en fin de semana ya se ha convertido en una actividad prohibitiva, si te descuidas de lujo, pronto casi perfectamente comparable a hacer una escapada a un balneario (ya verás, la gente acabará diciendo, “este fin de semana voy al cine” y los otros responderán “¡buah tío!, ¡qué bien vives!, ¿eh?, cómo te gusta cuidarte…”).
-Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia): resulta muy difícil juzgar esta película, pues está tan desequilibrada en su conjunto que es muy difícil calificarla. Así pues: tiene rasgos de obra maestra pero demasiados fallos e imperfecciones para serlo; es original, pero tampoco tremendamente y llega a resultar tópica, facilona e incluso predecible; plantea cosas muy interesantes pero a la vez no deja de decepcionar en muchos de sus planteamientos… etc. Quizás una de las mejores maneras de definirla es “imperfecta”.
Lo que tengo clarísimo es que no es para todo el mundo, por más Oscar a la mejor película que ganara; ¿qué encantará a un público cinéfilo y gafapastero?, no tengo ninguna duda (o al menos dirán que lo ha hecho, es la típica película sobre la que hacer largas disertaciones de filosofía barata); ¿qué muchos culturetas cantarán las glorias de su atrevimiento y su imposición sobre la comercialidad hollywoodense?, puedes apostar a que sí… pero el público en general, mucho me temo que se aburrirá mortalmente (digamos que es un caso menos sofisticado que el de “La gran belleza”; EEUU y Europa, aún sigue habiendo clases, ja, ja, ja), y me parece una afrenta decirle que vayan a ver esta película porque hay que decir que es buena; yo personalmente me niego en rotundo, nunca jamás “Universo de A” ha hecho eso, y espero que nunca lo haga, como todos sabréis, si por algo siempre he querido que destacara este blog es por su independencia de criterio y por su alianza con el espectador, y no siempre ha sido fácil, e incluso se han recibido ataques por ello.
Quizás lo que mejor ejemplifica estas desigualdades, desequilibrios, mezcolanzas y desafíos que comento, es el reparto; algunos de los nombres que figuran en él jamás los encajaríamos con el concepto de “proyecto serio” o “buen actor” (Zach Galifianakis, quizás incluso Emma Stone), y sin embargo comparten cartel con otros incuestionablemente consolidados; y lo más asombroso, tanto del cine comercial (Naomi Watts) como del más independiente (Edward Norton).
En definitiva, quizás la película podría ser muchas cosas y no es ninguna; la percepción que tienes sobre ella nunca es uniforme durante su visionado, varía continuamente, y al final no consigue consolidarse, resultando muy difícil definir lo que has visto… sea como sea, la opinión sobre su visionado parece muy personal, pero lo que tengo muy claro es que no es para todo el mundo, es más de élite intelectual y para aquellos que pretenden ser parte de ella.