Este viernes 10 de octubre se estrena Perdida (Gone Girl) de David Fincher que está basada en la novela de Gillian Flynn publicada en 2012 y que ha sido un éxito de ventas. Yo fui a ver la película al pase sin haber leído nada de ésta porque no quise enterarme absolutamente de nada, suelo destripar este tipo de thrillers con poco que lea, así que fui decidida a disfrutar del misterio de la desaparición de Amy.
La película protagonizada por Ben Affleck y Rosamund Pike, narran la investigación para encontrar a Amy Dunne (Pike), la mujer modélica de Nick Dunne (Affleck). Pero más allá del misterio, que no será tan misterio para aquellos que se hayan leído la novela, lo interesante de la historia es ver cómo se reflejan las personas ante otras y cómo un caso de este tipo se puede convertir pronto en un caos mediático. El cinismo de la cinta hacia los medios de comunicación, sobre cómo tratan este tipo de investigaciones y noticias como un espectáculo es a veces divertido, pero no está inventando nada. Porque esto es real. Las ideas preconcebidas, los expertos que no tienen ni idea de lo que hablan, los testigos que buscan su momento de atención. La película analiza paso por paso, el horror de ser el objetivo de los medios de una forma irónica que te hará sonreír en muchas ocasiones.
Además de ver cómo la pareja protagonista es inspeccionada por los medios, vemos también cómo son ellos dentro del matrimonio. Cómo cree que son ellos, cómo los ven los demás y cómo son realmente. Los que estuvimos en el pase disfrutamos enormemente con la película a pesar de que ya empiezan a leerse algunas críticas extranjeras que hablan de una polémica a mi parecer, inexistente. Para disfrutar de ella lo mejor es no leer nada y dejar que Fincher y los actores, unos Affleck y Pike estupendos, te sorprendan. Porque seguro que lo hacen.