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Crítica Gravity: Como en la Tierra en ningún sitio

Publicado el 06 octubre 2013 por Cineenconserva @Cineenconserva
Crítica Gravity: Como en la Tierra en ningún sitioHouston tenemos un problema, eso es lo que exclamé yo cuando vi que en los cines de mi ciudad no había opción de ver Gravity en 3D. Había leído previamente que esta vez su uso sí merecía la pena -no solo porque la película de Cuarón se concibió desde un principio para rodarse en tres dimensiones, y no ha sido reconvertida en postproducción como sucede con otras- sino también, porque Gravity se presta a ello. Imagino que gracias al 3D uno puede experimentar de un modo más hermoso la inmensidad del espacio y la calidez de la Tierra; sentir la inquietud hacia lo desconocido, y hasta tocar las lágrimas del sufrido personaje de Sandra Bullock, la auténtica protagonista de esta odisea espacial. Pero basta ya de quejas, y hablemos de Gravity, y de todo el cine que se esconde en sus 90 minutos.
Alfonso Cuarón es un director que siempre sorprende. Ya sea filmando una historia de iniciación con sabor amargo (Y tú mamá también), poniendo su talento en la saga del mago más famoso del cine (Harry Potter y el prisionero de Azkaban), o en la ciencia ficción, con esa excelente distopía que fue Hijos de los hombres. Aquí lo ha vuelto a hacer y con creces. El virtuosismo técnico (bien sea en el maravilloso plano secuencia del accidente inicial, en sus primeros planos...), la belleza de sus imágenes (¡qué fotografía de Emmanuel Lubezky!) se funden en una historia sencilla, que en el fondo (más allá de todo lo que le acontece a sus protagonistas) narra una resurrección, una vuelta a la vida.

Algunos dirán que el argumento es escaso o que el trauma de algún personaje busca emocionarnos a toda costa. Es posible, pero sería injusto infravalorarla por eso. Gravity es algo más que un espectáculo visual. A medida que la trama se despliega ante nuestros desorbitados ojos la tensión va en aumento. Somos testigos de una carrera contrarreloj por la supervivencia de sus dos únicos protagonistas, y en medio de esa carrera, la película consigue que empatices con la doctora Ryan Stone. Una astronauta en su primera misión espacial, al contrario que el personaje de George Clooney, quien por cierto es solo un satélite girando alrededor del estupendo papel de Sandra Bullock. Digamos que Clooney hace de Clooney. Su astronauta es un tipo resuelto y simpático, un seductor enamorado de su trabajo... siendo este la antítesis de la doctora Stone, quien conecta a nivel emocional con el espectador por su falta de pericia, y sus miedos interiores. Cuarón no escatima en planos subjetivos para que nos pongamos en la piel de una doctora falta de fe y contemplemos a través de sus ojos que el espacio -como ya contaron otros- puede ser aterrador. 

Crítica Gravity: Como en la Tierra en ningún sitio
En definitiva, Gravity con permiso de 2001, una odisea del espacioes algo nunca visto antes, y no me quiero ni imaginar como será en 3D. En cualquier caso, el espacio nunca fue tan real y la Tierra, observada desde la lejanía, pocas veces fue tan bella. Una película hipnótica solo recomendada para ser vista en una pantalla grande. Solo así se podrá valorar en su justa medida.
Lo mejor: Su espectacularidad visual. Sandra Bullock en uno de sus mejores papeles, un personaje con mucha humanidad. La música de Steven Price y la ausencia de ella (el silencio más perturbador) que contribuye también a crear una sensación única. 

Lo peor: La peluca de la Bullock (mejor con casco).

Crítica Gravity: Como en la Tierra en ningún sitio


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