Crítica ‘Helix’. Una serie que no te dejará frío

Una epidemia desconocida en un avanzado y remoto centro de investigación en el ártico. Un equipo del centro de control de enfermedades que va en su ayuda. Secretos, mentiras, suspense, terror, pasado. Leyendo esta pequeña premisa de ’Helix’ nos encontramos con una serie que se parece a muchas cosas ya vistas (La Cosa, La Amenaza De Andrómeda, Estallido…). Pero Cameron Porsandeh, creador de la serie, y Ron D. Moore se las han apañado para hacer una serie que, pese a todos estos elementos comunes con otras, acaba enganchando desde el inicio.

Un gran laboratorio en el ártico, fuera de la jurisdicción de cualquier país, es el centro de las tramas de la serie que ya desde sus promos nos venía avisando del peligro de jugar a ser Dios. Una base enorme, con más de 120 personas trabajando que, conociendo a Moore, darán mucho juego a lo largo de la serie con todos esos pasillos, laboratorios y plantas para poder sorprendernos en cada capítulo. Ya desde el inicio lo hace, apareciendo en cada corte el exterior de la base para luego introducirnos en ese espacio gigantesco pero a la vez angustioso del que no pueden escapar.

La ambientación me ha gustado mucho con esa musiquilla de los años sesenta, tan de moda en este tipo de series desde ‘Lost’, que añade un punto surrealista y de tensión a la serie, y que se te pega desde que empiezas a escucharla en el ascensor que les baja a esas claustrofóbicas instalaciones. La forma en que empieza la serie mostrando lo que hace el virus ya desde el inicio y toda la trama que se desarrolla a su alrededor me han gustado mucho y tienen un gran potencial. Además se rumorea que la serie continuará en forma de antología, por lo que las tramas durarán los justo para disfrutar de ellas sin mucho relleno.

Los secretos, las mentiras, el suspense y el terror psicológico, y del otro, son las bases fundamentales para que ‘Helix’ enganche desde el inicio ya que las otras partes que componen la serie no son igual de buenas. En la parte actoral sólo los tres protagonistas principales, Billy Campbell, Hiroyuki Sanada y Kyra Zagorsky, hacen un buen trabajo con unos personajes demasiado estereotipados. El resto de los componentes del reparto no son demasiado creíbles en sus papeles, y eso es un problema cuando nos encontramos con una serie tan cerrada, pero bueno, ya irán cayendo…

Una buena serie que me ha gustado mucho más de lo que esperaba por ese punto de misterio y suspense que me mantuvo pegado a la pantalla hasta el final. Además las tramas y la forma de desarrollarlas me han parecido muy buenas, con poco relleno y usando las alucinaciones, en vez de los flashbacks, para mostrarnos el pasado de esos personajes. Sin pasar por alto el terror y la casquería fina que vemos en pantalla y que, pese a algunos fallos en los efectos, son un plus para la trama principal. Me la quedo.

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