Crítica | “La bruja”, mucha atmósfera y poco argumento

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Ficha Técnica | Título: The Witch. Director: Robert Eggers. Guión: Robert Eggers. Reparto: Anya Taylor-Joy, Ralph Ineson, Kate Dickie, Harvey Scrimshaw. Género: Terror, Suspense. Duración: 92 minutos. Año: 2015. País: USA. Fotografía: Jarin Blaschke. Música: Mark Korven. Productora: Co-producción USA-Canadá-Reino Unido, A24, Code Red Productions. Pulse Films, Scythia Films, Rooks Nest, Maiden Voyage Pictures, Mott Street Pictures. Distribuidora: Universal Pictures España.

Me he animado a ver la película de terror que está dividida en opiniones: “La bruja”, una película que escribe y dirige el debutante Robert Eggers, basada, en cierta forma, en datos o escritos reales. Por cierto, puede que contenga algo relevante sobre la trama, no he podido hablar de lo que no me gusta sin mencionar un dato algo spoiler.

Nueva Inglaterra, 1630. Un matrimonio de colonos cristianos, con cinco hijos, vive cerca de un bosque que, según las creencias populares, está dominado por el mal. Cuando el hijo recién nacido desaparece y los cultivos no crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros: un mal sobrenatural les acecha en el bosque cercano.

Galardonado por la mejor dirección en Sundance, Robert Eggers nos trae su ópera prima, “La bruja” donde hace un gran ejercicio al intentar que el drama psicológico se empape de una atmósfera de brujería y sugestión que acabará explotando y distanciando a la familia, de modo perturbador, sí, pero llega un momento en el qué esperas más y ahí es donde a mí me defraudó.

Imagino que esta es como “It Follows”, la película de terror del año, a la espera de que se estrene lo próximo de James Wan, “Expediente Warren: El caso de Enfield”, sin embargo está se asemeja más con la que he comentado, porque ha levantado tantas pasiones como detractores, en la otra sí que fui una férrea defensora de este estilo ochentero que rezumaba, sin embargo esta me ha dejado a medio gas, la sutilidad, sugestión y los rezos me han dejado un poco igual, no he conseguido meterme en la atmósfera aunque sí que he apreciado la metáfora que Robert Eggers consigue meter entre oración y oración.

¿Invita a la reflexión? Puede que sí, sé sabe cómo acabará, pero es muy interesante ver las vueltas que da la protagonista para llegar a ser lo que todos creen que es. Es con lo que juega el director, hacer creer que cierto personaje es algo que en realidad no es, pero que al final se convertirá en ello, o bien por predestinación o sencillamente porque no hay otro camino, es lo que le queda tras todo lo que acontece, sin embargo, ese camino final, el último tramo, no termina de ser lo que yo esperaba.

En mi opinión, creo que se pierde más en hacernos ver las costumbres, creencias e idas de olla de los colonos ingleses, en cuanto a deidades y demás, que en lo que realmente nos lleva a ver la película, la brujería, en ese apartado para mí gusto se queda a medio gas de sustos, maquinaciones y sorpresas, es más, me ha recordado enormemente a la película “El bosque” de Shyamalan, ya que prometía y al final no daba nada a lo que agarrarse.

En cuanto al apartado técnico y ambiental, están muy bien. La atmósfera está muy conseguida en cuanto a estética, vestimenta y fotografía, sin embargo una buena dirección (esto lo refuta más bien Sundance) no puede salvar que al final todo esté presentado con una lentitud pasmosa y muy poca sorpresas para una persona que ha ido a ver una película de terror, si me la hubieran presentado de otra manera, pues todavía. En cuanto a la protagonista, Anya Taylor-Joy está bastante interesante y creíble para ser su debut en cine, además ha entrado con buen pié, ya que tiene pendiente para este año una película del hijo de Ridley Scott, Luke Scott: “Morgan” y dos proyectos interesantes para 2017, uno de ellos con M. Night Shyamalan.

¿Le ponemos una nota? Para mí se va a quedar en un 5 porque al final, a pesar de ser nada más que 90 minutos de película, se me ha hecho un poco eterna al principio, sin embargo luego coge ritmo, sí, pero para dejarse lo importante de lado y darnos un final que imaginábamos desde el comienzo. Acepto a quién la perturbación de la película le sea suficiente, pero a mí me hace falta un punto más que perturbación y sugestión, algo a lo que agarrarme.

Crítica: María José Díaz-Maroto (@Cinefila_91)