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Crítica | “La cumbre escarlata”, un paso atrás para tomar impulso

Publicado el 17 octubre 2015 por Pandora Magazine @PandoraMgzn
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Ficha técnica | Título original: Crimson Peak. Director: Guillermo del Toro. Guión: Mia Wasikowska, Jessica Chastain, Tom Hiddleston, Charlie Hunnam, Doug Jones,Javier Botet. Género: Thriller, Terror. Duración: 119 minutos. Año: 2015. País: EE.UU.. Fotografía: Dan Laustsen. Música: Fernando Velázquez. Productora: Legendary Pictures, Universal Pictures. Distribuidora: Universal Pictures España.

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Guillermo del Toro es un director especializado en el género fantástico con propuestas más o menos interesantes y prestigiosas, aunque su prestigio se cimiente en su ya lejano primer film “Cronos” y sobre todo en la laureada “El laberinto del fauno” del que ya ha llovido bastante desde que se hiciera. Ahora nos llega con “La cumbre escarlata”, tirando del prestigio logrado por esta última cinta. ¿Está “La cumbre escarlata” a la altura del film protagonizado por Maribel Verdú?

Edith Cushing (Mia Wasikowska) es incapaz de elegir entre el amor de Alan McMichael (Charlie Hunnam), su amigo de la infancia y la tentación que representa Thomas Sharp (Tom Hiddleston), un misterioso desconocido. Como consecuencia de una tragedia familiar, y en un intento por escapar de los fantasmas del pasado, Edith contrae matrimonio con Thomas y se muda a la mansión que este comparte en Inglaterra con su hermana Lucille (Jessica Chastain), pero en esa casa opresiva  que respira y sangra, ya que se encuentra sobre una mina de arcilla, Edith descubre que allí han ocurrido cosas terribles.

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La carrera del mejicano Guillermo del Toro bascula entre productor descaradamente comercial y pequeñas películas más artísticas, pero todas ellas englobadas dentro del género fantástico. Tras el despiporre que supuso “Pacific Rim”, un producto que se suponía que tenía que situarle entre los más grandes, pero que funcionó a medias, el director decidió volver a hacer algo pequeño y de presupuesto controlado con “La cumbre escarlata”. Como comentaba el la crítica de “Regresión”, es muy normal que cuando un director tiene un traspiés, vuelva a lo que sabe, pero también es habitual que lo haga midiendo sus pasos y haciendo algo un tanto descafeinado, que contiene su esencia, pero contenida. El caso de “La cumbre escarlata” es precisamente ese. Pero ojo, eso no significa que se trate de una mala película.

En todo su cine y especialmente en sus películas “pequeñas” (“Cronos”, “El espinazo del diablo” y “El laberinto del fauno”) Del Toro deja clara su raíz mejicana, esa en la que muertos y vivos, espíritus, seres fantásticos, monstruos y seres tangibles conviven en un mismo espacio, sin que por ello resulte traumático, por ello sus historias de fantasmas o seres míticos no dan miedo. De hecho son los ambientes opresivos en los que los humanos viven y sus acciones los que son terroríficos en el cine del director de “Mimic”. Quizá por eso mismo sería un director perfecto para una versión de “Frankenstein”. O quizá no, porque sus películas “pequeñas” son historias latinas, alejadas del relato gótico/romántico británico de Mary Wollstonencraft Shelley. Es por eso que sorprende que el director se embarque en un proyecto en principio tan cercano a su obra, pero en realidad, tan ajeno. Para ello ha tirado de lo que sabe que funciona y lo que en el fondo le fascina: Hitchcock. El mago del suspense supo rodar como nadie ese ambiente romántico de las grandes casas señoriales británicas en los años 40 y así vemos en “La cumbre escarlata” referencias indisimuladas de “Rebeca”, “Sospecha” y “Encadenados”, así como de otros films que de la época como “Cumbres borrascosas” o “La heredera”.

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Así la cinta del director se convierte en un Frankenstein fílmico muy cercano a Tarantino o Amenábar, que mezcla todas sus referencias, las pasa por su turmix personal (en este caso mete fantasmas) y le pone un final al gusto de la audiencia. El problema de esta forma de rodar es que, o eres un puñetero crack, o te falta espacio en la cinta para contar todo lo que quieres contar. En este caso lo que falla es la parte del enamoramiento, la parte de “La heredera” (se nota que no es el rollo del director), pues lo despacha todo con excesiva premura, cuando con 10 minutos más en esa primera parte hubiéramos disfrutado de una película realmente notable. Pero continúo. En cuanto la acción, viaja de América al Reino Unido, se nota que Del Toro se siente mucho más en su salsa, con esa casa viniéndose abajo, aunque aún impresionante, con un diseño de producción que ya hubiera querido para sí Tim Burton. Aquí todo se vuelve a la vez opresivo, opulento y fascinante. Los colores, apagados en su primera parte, se vuelven aquí vibrantes, muy en la línea de los films de la productora Hammer, con esos rojos intensos combinados con los blancos, no sólo en la casa que supura arcilla en plena nieve, sino también en esos trajes blancos ensangrentados que … no voy a destripar el por qué, pero realmente son fascinantes. Pero, hay un pero, están los fantasmas, que hacen avanzar la historia, si, pero con la fascinación por ese ambiente serían innecesarios para el desarrollo de la misma. De hecho, como para Del Toro no representan el terror, estos aparecen de forma natural y se ha de recurrir a trucos de sonido y montaje para llegar al susto. Que los hay, ojo.

Termino ya con la labor del director señalando la incongruencia final de guión cuando hay una lucha digna de “Arma letal” o “La jungla de cristal”, pero que tal y como están los tiempos es necesaria para vender este producto de presupuesto controlado, pero no barato.

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En cuanto a los intérpretes tenemos a Mia Wasikowska haciendo de Ivana Vaquero en “El laberinto del fauno”, Jessica Chastain como la señora Danvers de “Rebeca”, Charlie Hunnam intentando hacer de Cary Grant en “Encadenados” y a Tom Hiddleston, destacando casi sin pretenderlo, haciendo de Cary Grant en “Sospecha”, pero en la versión que quería Hitch, no la que le impusieron los productores. La Wasikowska sigue poniendo la misma cara de pasmada que en todas sus películas, a Jessica Chastain se le va el punto y se pasa un poco en su actuación, mientras que Charlie Hunnam y su horroroso pelo se quedan a medio camino. Y Hiddleston es quien realmente consigue darle el espinazo a este diablo y compone un personaje lleno de matices que enriquece el ya de por sí denso metraje. Pero en general cumplen, lo que se agradece y no es poco.

Recapitulando. “La cumbre escarlata” no es una película redonda en absoluto y no llegará a estar en el Olimpo en que se encuentra “El laberinto del fauno” (muchos empiezan a sospechar que se trató de un accidente afortunado en la carrera de Del Toro), pero son muchos sus aciertos tanto visuales como interpretativos y de hecho se agradece que se retome el relato romántico para hacer filmes de terror y dejemos ya los aburridos Slashers. Un 7, es destacable, si, pero no llega a ser excelente. Recomendable y a la espera de lo próximo de Del Toro para saber si llega a esos niveles que se esperan de él.

Crítica: Juan Pablo Pérez-Padial


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