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Crítica: La dama de oro, de Simon Curtis

Publicado el 10 abril 2015 por Reinfeld @reinfeld183
Crítica: La dama de oro, de Simon Curtis
Tras tres años de trabajo, Gustav Klimt terminó en 1907 el retrato de Adele Bloch-Bauer I. Tras la invasión nazi, las pinturas permanecieron en Austria. Años después, Maria Altmann reclama, con la ayuda de Randol Schoenberg, lo que legítimamente le pertenece. En esta historia real se basa 'La dama de oro', dirigida por Simon Curtis.
Crítica: La dama de oro, de Simon Curtis
Con una extensa carrera en televisión y un debut cinematográfico de la mano de Marilyn, Simon Curtis nos trae 'La dama de oro'. Si bien no es una película redonda, está lo suficientemente bien construida como para mantener la atención del espectador durante los ciento siete minutos que dura. En ella encontraremos temas como la redención, la aceptación del pasado o la lucha por llegar a conseguir un objetivo inmaterial. A pesar de tratar el nazismo, no es una película dura. Se podría decir que está incluso algo edulcorada, pero esto no es algo malo: no le hace falta la crudeza de 'El pianista' ya que el tono es completamente distinto. Simon Curtis, junto con el guionista Alexi Kaye Campbell, llevará al espectador a través del drama, algunos puntos cómicos y, en algunos momentos, tensión. Los tiempos están muy bien medidos, ya que complementa estos tres elementos de manera que esta mezcla no se haga rara.Lo mejor de la película es, sin duda, Helen Mirren. La veterana actriz interpreta un personaje que parece escrito para ella. Su interpretación de Maria Altmann es notable, levantando el largometraje en los momentos en los que éste flojea. La mezcla cómica y dramática da un personaje con el que el espectador empatizará al instante, a pesar de ser arriesgado ya que podría caer mal a primera vista. Helen Mirren evita esto de manera notable. Ryan Reynolds, que interpreta al abogado que lleva el caso de Maria Altmann, también está notable, aunque la sombra de Helen Mirren sea muy alargada y ésta le tape involuntariamente unas cuantas veces. Aún así, da gusto ver a Ryan Reynolds en papeles como éste, en los que luce más talento que músculo. Sorprenden también Tristana Maslany y Max Irons como unos jóvenes Maria Altmann y Fritz, su marido. Si no fuesen tan conocidos, el espectador podría pensar que son austriacos, ya que parece que hablan el alemán como si fueran nativos. Una pena que el resto de secundarios no esté a la altura, ya sea por su personaje -poco definido y tópico- o interpretado como con desgana. Éste es el caso en particular de Katie Holmes, que se dedica a poco más que a ser un poco mujer florero. La evolución es creíble en todos los personajes, ya sea en la pareja protagonista o en los secundarios, excepto en el caso del personaje interpretado por Katie Holmes, siendo ésta demasiado brusca. Daniel Brühl no lo hace mal, pero le hemos visto en mejores interpretaciones.
Crítica: La dama de oro, de Simon Curtis
Uno de los puntos más destacables es la música. Desde que empieza, el espectador tendrá un déjà vu. Pensará en 'Inception', o en 'El caballero oscuro'. Y no andará desencaminado, ya que uno de los compositores es el mismísimo Hans Zimmer. Junto a Martin Phipps compone una banda sonora que da un poco más de personalidad a 'La dama de oro'.
'La dama de oro' no es perfecta, pero funciona más que bien. Es emotiva e interesante, con unas interpretaciones notables. Aunque sólo sea por ver a Helen Mirren interpretar uno de los papeles más adorables de su carrera, o por ver a Ryan Reynolds lucirse, o por la banda sonora de Hans Zimmer, merece la pena ir al cine.

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