Nuestros amigos de Sensacine nos dieron la oportunidad de visionar la última película de Cristophe Barratier ("Los chicos del coro", "París, París"), la tragicomedia "La guerra de los botones". Un remake de la película que en 1962 dirigió Yves Roberts y que se basaba en la novela de Louis Pergaud de 1912. En definitiva, una vuelta de tuerca al horror de la guerra donde mayores y niños conviven con el odio, como si éste fuera un personaje más.
No soy gran aficionado al cine francés más allá de algunas historias interesantes que a veces entran sin hacer ruido en nuestra cartelera. En los últimos años su evolución se ha manifestado en una mayor exportación de productos para todos los públicos como la divertida "Bienvenidos al norte" ó la emocionante "Los chicos del coro". Parece que "The artist" puede ser el gran bombazo del año y su presencia en los Oscar todos la dan por segura.
"La guerra de los botones" lamentablemente no se encuentra al nivel de los títulos que he mencionado. Aunque impacta su fotografía, su especial cuidado en el uso de la cámara y unos niños voluntariosos en sus interpretaciones, a la película le falta chispa y modernidad. No es la primera vez que se plasma en la pantalla cómo la actitud de los mayores se refleja en la forma de comportarse de sus hijos.
Entiendo que la originalidad radica en librar una batalla donde el botín sea arrancar los botones del adversario para ridiculizar al rival, pero toda la fuerza que desprenden las situaciones de los más jóvenes se pierden en la desestructuración que encontramos en la historia de los mayores. Con retazos de varias telas y de una manera políticamente correcta nos intentan transmitir cómo la rebelión de los franceses contra los nazis se encuentra en un punto álgido.
Personalmente me resulta más virulenta y peligrosa la guerra de los botones que la real. No intuyo el dolor y la miseria de los vencidos. La ridiculización de los nazis empequeñece una guerra cruel y dolorosa. "La vida es bella" supo perfectamente conjugar la inocencia de un niño con la cruda realidad pero "La guerra de los botones" se queda a años luz de esa maravillosa película.
No me entendáis mal, me parece un trabajo ameno y de disfrute fácil. Sin embargo, lamento profundamente perderme en un relato donde ya no sé quién es bueno y quién malo, donde el héroe que se rebela contra los nazis maltrata a su hijo, donde el profesor del pueblo se limita a poner cara de póker sin saber exactamente cuál es su papel en la película, donde la actriz protagonista soporta todo lo que viene encima sin atisbo de sufrimiento, donde los niños se muestran sádicos y rencorosos ...
No empatizo con los personajes pero quizás el problema no sea de la película.... como diría esa mítica comedia argentina "No sos vos, sos yo".
José Daniel Díaz
Revista Cine
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