FICHA TÉCNICA DE LA PELÍCULA
Título original: Gåten Ragnarok
Dirección: Mikkel Brænne Sandemose
Reparto: Pål Sverre Hagen, Bjørn Sundquist, Maria Annette Tanderød Berglyd
Año: 2013
Duración: 101 minutos
Origen: Noruega
Género: Aventura – Acción
Para todos los que extrañábamos a Indiana Jones
Fiordos noruegos + tesoro vikingo + cuevas tenebrosas + esqueletos a granel + un Indiana Jones menos “winner” hacen de esta película toda una aventura.
A pesar de la dificultad de armar un lugar inaccesible en plena Europa en el siglo XXI, estamos ante una versión posmoderna de las viejas aventuras de los años ´80. Es imposible verla sin acordarse de Los Goonies o la saga de Indiana Jones. Sin embargo la apuesta no se queda en un intento nostálgico, y hay marcas de actualidad bastante fuertes al comienzo del film: la crisis económica, la mercantilización de las instituciones científicas, el museo como espectáculo más que como un ámbito de investigación y la inestabilidad laboral (parece que todo eso existe aún en esos países escandinavos tan perfectos).
El protagonista, Sigurd, cumple con los requisitos del antihéroe de moda: es un padre descuidado, está a punto de ser despedido, maneja un auto barato, lleva un corte de pelo horrible y no tuvo novia desde que enviudó. Con candidez y entusiasmo emprende la aventura a un lugar remoto -y escalofriante- junto a sus dos hijos en edad escolar, porque no tiene con quién dejarlos y no puede pagar una niñera. Lejos de poner un matiz infantil a la trama, este detalle acentúa los riesgos y el drama. Se luce especialmente la hija mayor, con un papel de adulta que actúa como contrafigura del padre, más bien inmaduro.
La excusa de todo es buscar un tesoro arqueológico de los antiguos vikingos. En parte por vocación, en parte porque es la única forma que tienen Sigurd y su compañero de trabajo de conservar sus empleos. A la comitiva se suma una rubia atlética y un guía poco amigable.
El guión escala en tensión en las dosis justas, y merece destacarse que el director aprovecha la frontera noruega con la ex URSS para construir un escenario tenebroso. Es más fácil plantear obstáculos y peligros en una selva que en un fiordo noruego, y es por eso que los trucos del director se vuelven indispensables. La cuestión es que realmente logra crear una atmósfera verosímil sobre lo inaccesible del lugar y el aura de misterio que lo cubre. Como espectadores “compramos” la historia.
Entretenida y con guiños al género (esqueletos de todo tipo, arquéologos, cuevas y sogas) da lugar también a lo nuevo, con personajes sin espíritu canchero, más humanos y más queribles que admirables. El desenlace cumple y sorprende, sin ser radical ni confuso. Para mirar con pochoclos a mano y dejarse atrapar.
Por Pilar Martínez