Gracias a TriPictures y a Factoría Interactiva, tuvimos la ocasión de asistir al preestreno de una película que bien podría llamarse "Tom Hanks, nunca es tarde", pero que debía de sonar demasiado pedante y prefirieron poner un nombre ficticio al estilo Sara Montiel pero a la americana. El resultado es "Larry Crowne, nunca es tarde", un film producido, escrito, dirigido y protagonizado por el oscarizado actor que supone un autohomenaje a sus papeles más simpáticos y emotivos.
Como compañera de viaje no recurrió a jóvenes talentos; decidió que para su primera película como director debía contar con una mujer con experiencia, reconocida, que atrajera público y pudiera comerse la pantalla con su sola presencia. Julia Roberts cumplía esos requisitos sobradamente y, aunque sus carreras artísticas sólo se habían encontrado en "La guerra de Charlie Wilson", se nota la química positiva que existe entre ellos.
Con esos ingredientes ya sólo faltaba un guión que conjuntara todos los elementos y sacara una sonrisa en el espectador. Se acompañó de la actriz y guionista Nia Vardalos, a la que todos recordamos como protagonista de "Mi gran boda griega", para redactar el libreto; un guión que alternara momentos drámaticos e incluso de cierta crítica social con otros románticos sin perder nunca el ambiente cómico y distendido.
El resultado es una película algo inverosímil (aún no entiendo cómo entra en una pandilla de scooteros) pero muy eficaz en sus objetivos. Tom Hanks se encuentra en su salsa, nos regala todas sus monerías cómicas que parecían abandonadas desde títulos como "Big", y se reconcilia con el cine de entretenimiento.
Aunque seguramente no sean las pretensiones iniciales, hay un mensaje muy claro. Sin estudios, en un mundo tan competitivo, es imposible mantener con seguridad un puesto de trabajo. Tener esos estudios tampoco tranquiliza tu futuro laboral y menos en estos tiempos, pero abre en gran medida todo el mercado por el que te puedes mover.
Con estos mimbres la cesta ya está lista y estoy convencido que no defraudará a aquéllos amantes del cine sin pretensiones americano. No engaña, no busca dobles sentidos y no oculta lo que es, por eso nadie se sentirá estafado. Yo, al menos, no me sentí así.
Podéis ver el tráiler aquí
José Daniel Díaz