Revista Libros
Crítica: Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky. Yo también grababa cintas.
Por Cris Miguel @Cris_MiCaQue cruel y duro puede ser el instituto. Chbosky va más allá de una simple recreación de un inadaptado. Logra a la perfección plasmar el sentimiento de amistad, impotencia con una dosis justa de drama y de amor.
Me ha encantado esta película.Estoy intentando razonar mi reacción y justificar el sentimiento. Pero el regusto es absolutamente positivo. Además de la historia, sobre todo, se debe a la estética. Los colores son muy cálidos, los movimientos de la cámara tienen mucho gusto, todo es fluido… Es que sólo tengo cosas buenas.
La historia es simple, como muchas grandes historias. Un chico comienza en un nuevo instituto con el máximo miedo de no encajar. El primer día no hace amigos, en contra de lo que le dice a su padre, y ni su hermana mayor, que también va al mismo, se quiere sentar con él en la comida. Lejos de venirse abajo, Charlie (Logan Lerman) traba amistad con un chico de último curso, Patrick (Ezra Miller) y su simpática hermanastra Sam (Emma Watson). Y a partir de ahí descubre lo que es tener una pandilla de amigos y la maravillosa sensación de sentirse aceptado.
Argumentalmente hablando creo que es todo un acierto que el trauma del protagonista, de Charlie, se vaya descubriendo poco a poco. Por eso digo que tiene una carga dramática justa. En ningún momento es Mister Drama. Por supuesto, tengo que hablar de la comedia, porque tiene más puntos cómicos de los que me esperaba: el momento moqueta, las escenas de Rocky Horror, su romance con Mary Elizabeth… Me ha encantado el humor y me he reído mucho porque el toque de patetismo del protagonista nunca alcanza altos niveles. Hace que te caiga bien, es culto, lee mucho… ¿En el libro es así o más petardo?
Y es que los personajes y los actores no los podían haber elegido mejor. Para nada soy fan de Emma Watson, aunque tengo que reconocer que en el papel de Sam no me ha disgustado. Creo que Logan Lerman sólo tiene una expresión, afortunadamente es afable. Con lo cual, y por descarte, el que más me ha gustado y convencido, tanto su personaje como él, es Ezra Miller, un perfecto Patrick. Es carismático, pero además de eso interpreta a un homosexual que no se hace la víctima, que de hecho es el líder del grupo, y eso sí que es una novedad en este tipo de historias.
Huelga decir que no es la típica peli de adolescentes. Es mucho más. La música, la literatura y la amistad tienen un peso importante en la trama. Y por supuesto el amor. Que lo ansían todos sus personajes sin lograr ninguno su propósito. Me ha encantado la historia tan particular que mantienen Sam y Charlie. Y el hincapié justo en el chico gay popular que no quiere salir del armario, con el consiguiente comentario de Patrick: “Mi vida parece sacada de una peli de educación social para adolescentes”.
Esta película te hace recordar tu pasado en el instituto y en el colegio, donde dábamos una importancia desmedida a ciertas cosas, donde comenzabas a sentir y donde te creías que todo era eterno y transcendente. Si añades Heroes de David Bowie al marco, te queda un perfecto producto más que recomendable, infinito.
¡Juzga por ti mismo!