[...] la literatura no es testimonio, es eternidad.
Lo anterior es tan altisonante como las ínfulas literarias que tan a gusto critica Lector Mal-herido en su bitácora, pero la frase anterior es precisamente suya, alabando la obra de Eloy Tizón: como yo me dejo fácilmente influenciar, ya estoy queriendo leerle.
