Crítica literaria: Drive

Con la aparición de la excelente película Drive muchos hemos sido los que buscamos rápidamente el libro de James Sallis en el que se basaba. Al leerlo traté de no compararlo con la película, ya que es algo estúpido, son dos medios absolutamente diferentes y en cada uno tiene su lenguaje propio, de forma que no se puede exigir a uno que adopte características del otro. Pero pese a todo no he podido evitar encontrar un innumerable número de aciertos en la película que no aparecen por ningún lado en la novela.
Drive es un hombre solitario que trabaja como especialista en escenas de acción para películas, además de esto, ayuda en la evasión a criminales que cometen importantes robos. Una vez es traicionado por un cliente, Drive comenzará una venganza en solitario por cuenta propia.
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Todo aquel que haya visto la película no encontrará grandes cambios en cuanto al argumento, pero si profundizamos algo más las diferencias afloran por doquier. El principal fallo que se le puede atribuir al libro es justamente el de la creación del personaje protagonista, que conforma el corazón de la novela. Se nos va contando poco a poco sus traumas infantiles, tratando de justificar sus presentes brotes de violencia, pero lo único que consigue es una creación burda de lo que prácticamente debería ser un enfermo mental. Lo que debería ser un cruzado sin nombre y sin pasado, queda anclado a una sucesión de escenas de su pasado que resultan burdas y de escaso interés.
Por otra parte, el estilo narrativo deja mucho que desear. Una infinidad de capítulos cortos que tratan de resultar como puñetazos, golpes de efecto que no consiguen su objetivo. Una prosa excesivamente estilizada le da un cargante aire de autosuficiencia que resulta insoportable. Ciertamente en alguna ocasión su estilo directo y las elipsis que suceden entre cada capítulo son acertadas, pero estas son escasas.
Adoro la novela negra, y no había oído más que maravillas de James Sallis, pero impresión ha sido especialmente negativa. No termina de dar con el estilo que su historia necesita, historia que por otra parte no deja de resultar interesante.