Revista Cultura y Ocio

Crítica literaria nº32: Días Cualesquiera, en un País Cualquiera

Publicado el 19 febrero 2015 por Tazadelibros @Tazadelibro
Crítica literaria nº32: Días Cualesquiera, en un País CualquieraFicha técnica
Título: Dias Cualesquiera, en un Pais Cualquiera
Autor: Jose Antonio Vargas Lopez
Editorial: Createspace
Idioma: castellano
336 páginas
Sinopsis
¿Cómo puede empeorar la situación para un hombre cuya fe en la humanidad disminuye con cada segundo que pasa? Podría considerarse dejar tranquila a la pobre criatura, pero eso no es algo que se hace en los países cualesquiera. El juez Aaron Hill tiene que lidiar con la locura de sus semejantes, personajes que representan todo lo que él considera que está mal en una sociedad que ni comprende ni le comprende, y un avestruz parlante aficionado a los cigarros y que no cierra el pico ni debajo del agua.
Crítica
No sabía que esperarme de este libro, lo primero que me llamó la atención (como casi siempre) fue su portada tan graciosa. ¡Es un avestruz con sombrero, fumando un puro como los de mi abuelo! En fin, con solo esa imagen, sabía que no iba a encontrarme con una historia estereotipada y me gustaba el reto.
La novela nos presenta a Aaron Hill, un abogado con una vida rutinaria que se ve alterada al ser elegido como el juez que dirigirá el juicio de la Humanidad contra la Muerte y el Destino, por las constantes catástrofes y tristezas que ocasionan a las personas. En sí, el protagonista es una persona afligida y decepcionada con el mundo, todos los días va al bar donde siempre le espera su único amigo Preston, un avestruz parlante (pero parlante de verdad de la buena, creo que es quien tiene los diálogos más largos y más profundos del libro jajaja) con un sombrero de cuadros, el cual está enganchado a los puros y a los partidos de Rugby (cuyo equipo siempre sale perdedor). El libro está dividido en los seis días que dura el perseverante juicio que traerá a nuestro protagonista de cabeza, ya que él reza para que sea rápido y sin dolor, pero será justo lo contrario. Los periodistas le persiguen, está en boca de todos y hasta tienen que asignarle un guardaespaldas que lo traerá de cabeza.
Aunque el tema principal del libro sea el juicio, Aaron Hill no hace más que plantearse y replantearse infinidad de reflexiones sobre la vida, los políticos, las injusticias que sabe que nunca tendrán solución. El libro plantea muchas preguntas y suelta verdades como puños en los que he dado mucho la razón, al igual que te hace cuestionarte si llegaremos a tales puntos en el futuro, pues en el libro los políticos ya no se molestan en ocultar lo que son sino que lo gritan a los cuatro vientos y se sienten orgullosos.
En sí la expresión escrita está muy trabajada, usa muchísimos recursos literarios para reforzar las críticas sociales de la historia, aunque hay tantas ideas que me ha costado pillar algunas y resulta a veces un poco confuso. Los personajes tienen un lenguaje correcto, los cuales siempre te aportarán su opinión de la humanidad, con un humor negro que te harán reír en más de una ocasión, aunque en ocasiones los diálogos han sido bastante largos y rebuscados.
Lo que más me gustó fue el final, la cumbre de toda la novela, cuando el protagonista se da cuenta de todo lo que le rodea, de que quizá la realidad en la que está sometido no es la que él cree y que no puede lamentarse de por vida.
Gracias a José Antonio Vargas López por el ejemplar.
Puntuación
3/5 tacitasCrítica literaria nº32: Días Cualesquiera, en un País Cualquiera
Crítica literaria nº32: Días Cualesquiera, en un País Cualquiera

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