[Crítica] ‘LORE’: los hijos de los asesinos
Patricia Esteban 12 diciembre, 2013 0
La guerra ha terminado en Alemania, en 1945, y unos hermanos tienen que atravesar el devastado país para reunirse con su abuela a 900 km al norte. Lore (Saskia Rosendahl), la mayor de ellos, queda a cargo de sus hermanos cuando sus padres, miembros de las SS, son capturados por las tropas aliadas. Todos juntos emprenderán un viaje que les mostrará la realidad y las consecuencias de las acciones de sus padres. Además, cuando Lore conoce al enigmático Thomas, un joven judío, ve como su mundo se llena de sentimientos contradictorios. Por un lado queda paralizada por el miedo que siente hacia este joven pero, por otro, debe confiar para sobrevivir, en la persona que, tal y como le han enseñado, es el enemigo.
La vida anterior de la chica que da nombre al film, Lore, se derrumba al mismo tiempo que la Alemania nazi pasa del Tercer Reich a la ocupación del Ejército Aliado. Todas sus creencias filo-nazis (adquiridas de sus padres) se ponen en cuestión durante el camino que debe emprender junto a sus hermanos a casa de su abuela. Por caminos agrestes, que la cámara de la directora nos muestra con una belleza que contrasta con el viaje oscuro y tenso que emprenden, Lore da el paso definitivo de la infancia a la madurez.
La protagonista descubre su sexualidad en medio de este camino de horror que es la búsqueda del hogar después de la tragedia, o, en su caso, cuando empieza su propia tragedia. Cuánto más traumático puede ser ese despertar sexual en una situación así si además ese sentimiento nace hacia un judío, a quien se supone que debe odiar debido a sus convicciones heredadas. Un chico,Thomas (Kai-Peter Malina), en quien se ve obligada a confiar por su propia supervivencia, desaparecidos ya los padres protectores, tanto el biológico (un militar nazi) como Hitler, que solo aparece ya en una fotografía quemada.
La directora australiana Cate Shortland (Somersault) firma este drama histórico ambientado en Alemania (y rodado en alemán) y que opta como representante australiano a los Óscar. Una adaptación de una novela que nos trae la otra cara de la moneda del final de una contienda muchas veces representada en el cine pero que protagonizan aquí unos niños inocentes, aunque sean hijos de asesinos.
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