Lisa Cholodenko nos presenta en “The kids are alright” la historia de dos hermanos concebidos por inseminación artificial en el seno de una pareja lesbiana, que un buen día se pleantean contactar con el donante, su padre biológico. A partir de aquí las cosas comienzan a cambiar, claro.
La Academia se ha encargado este año de resaltar varios aspectos de esta película que a priori debería haber pasado desapercibida debido a su escaso presupuesto y a su corte independiente.
Lo mejor de la película es sin duda el reparto (uno de campanillas como diría mi novio) encabezado por la gran Annette Benning que un año más se va a casa sin su estatuilla mereciéndosela más que nadie (aunque es cierto que Natalie en “Cisne negro” es mucha Natalie). Es una de esas actrices que han ido haciendose grandes con el paso del tiempo y han llegado a un nivel con el que muchos ni siquiera podrían soñar. Impresionantes sus gestos y cómo da vida a una mujer fuerte pero dependiente de su familia, una mujer que ve como todo lo que ha creado con tanto esfuerzo se le va escapando como arena entre los dedos sin poder hacer nada para remediarlo.
Julianne Moore, otra actriz que siempre me ha encantado, está correcta, no destaca especialmente. Como sí que lo hace Mark Ruffalo (también nominado al Oscar, claro). Rodó su papel en tan sólo 6 días, ahí es nada. Su personaje tiene un algo inexplicable, un raro magnetismo que engancha. Y los chicos… están bien, como reza el título. Ambos conocidos (Él de varios blockbusters de distinta índole y ella, la joven Alicia que ha visto medio mundo), interpretan sus papeles con la tranquilidad que debe dar trabajar en una película sin grandes artificios, centrada en el guión y en los personajes.
Y técnicamente la película es del montón. No tiene planos demasiado rebuscados ni una fotografía que llame la atención…
Conclusión: Lo que le achaco a “Los chicos están bien” es que es plana a más no poder. Es muy muy entretenida y me gustó bastante pero al acabar me quedó la sensación de haber visto más una peli de sobremesa de Antena 3 que una nominada al Oscar. Toca temas sin profundizar en ninguno de ellos. Y de hecho hay varios bien jugosos pero no los aprovecha. Eso sí, merece la pena aunque sólo sea por ver la impecable e impresionante actuación de Annette Benning. En serio.