Hace un mes se estrenó Love is Strange (El amor es extraño) en 53 salas en toda España de la mano de la distribuidora Golem, la mayoría de ellas en circuitos de cine de autor y poco comercial. La película de Ira Sachs se pudo ver hasta el jueves. Un mes de recorrido que no está nada mal en una época tan solicitada tanto por grandes blockbusters como por cine de autor con personalidad. El film ha recibido muy buenas críticas como demuestran el 83/100 de Metacritic y el 93% de críticas frescas/positivas de Rotten Tomatoes. Además se ha colado en el top 10 de la revista especializada Cahiers du Cinema.
Love is Strange (El Amor es Extraño) nos cuenta la vida de la pareja Ben y George, dos hombres que llevan juntos 40 años y por culpa de su boda, a George le despiden de su trabajo en un colegio religioso. En ese momento se dan cuenta que no pueden pagar le piso en el que viven y se refugian en sus amigos y su familia para poder vivir unos días de forma temporal antes de encontrar algún sitio más barato. Esa situación les lleva a separarse, porqué no hay sitio para los dos en ninguna de los pequeños pisos de Nueva York. La pareja y sus allegados tendrán que hacer frente a ese planteamiento.
El film habla de un amor extraño, teniendo en cuenta la concepción que la sociedad y las propias películas nos han inculcado. No busca el momento pasional, ni las peleas que vienen con él. El amor de Love is Strange (El Amor es Extraño) así como su dirección es un fantástico ejercicio de la compenetración, confianza y madurez. Es un amor que se ve en pequeños gestos y una mirada, sin momentos grandilocuentes, sirve también para mostrarnos el imparable ritmo de vida de la sociedad actual, de la que George y Ben tras mucho tiempo siguiendo su corriente, parecen ahora mantenerse al margen.
La película en algún momento pierde su objetivo ante la atractiva idea de hablar sobre familias desestructuradas con apariencia perfecta y fiestas desenfrenadas sin ningún tipo de objetivo, eso implica que se nuble un poco la buena decisión de seguir a dos personajes tan humanos como son los protagonistas.
Love is Strange (El Amor es Extraño) es la quinta película del director estadounidense Ira Sachs reconocido y premiado por Keep the Lights On, The Delta y Forty Shades of Blue. El realizador nacido en Tennessee nos brinda una actuación depurada y elegante con una mirada clara y directa de una situación muy sencilla, que no simple. Una dirección que busca la complicidad con las interpretaciones y les deja espacio para que puedan dar lo mejor. La banda sonora formada con piezas clásicas sobre todo de Chopin acentúa esa elegancia aunque muchas veces también se muestra demasiado redundante y coge demasiado protagonismo.
Precisamente si por algo destaca por encima de la media Love is Strange (El Amor es Extraño) es por las dos actuaciones principales. Los encargados de interpretar a Ben y a George son John Lithgow y Alfred Molina. Ambos logran llegar a ese punto tan difícil que es “la gran actuación del tipo corriente”. Desde el minuto uno del film todas las referencias de estos actores desaparecen y se convierten y transforman en Ben y George construyéndolos con las palabras exactas, las miradas y los gestos necesarios. Como ya hiciera Richard Jenkins en The Visitor esa pequeña joya de Thomas McCarthy; aquí Lithgow y Molina hacen un recital de como debería ser una gran actuación.
Love is Strange (El Amor es Extraño) es un film muy intimista que con un tema anecdótico sirve a Lithgow y a Molina hacer dos grandes interpretaciones memorables sobre tipos corrientes con problemas corrientes.
NOTA