
Una de las características de la película es que es muy parca a la hora de contar la historia. En ningún momento sabemos qué es lo que le ha pasado al hijo de Elena o cómo es que ha acabado viviendo en Francia. Hay algunas cosas que nos podemos imaginar, fue allí en busca de su hijo y ya se quedó a vivir. La historia se mueve en una imprecisión que hace que tengamos que ser nosotros los que imaginemos esas partes que faltan. La relación entre Elena y Jean es también bastante ambigua y ya como espectador no la he entendido demasiado, ¿qué es lo que busca en este joven? ¿recuperar de alguna forma a su hijo perdido? Hace unos días pusieron en la televisión la película de 1.999 En lo profundo del océano, en la que Michelle Pfeiffer vivía una experiencia parecida a la de Elena. Se trata de una madre que pierde a su hijo y 10 años después lo recupera y descubre que ha estado siempre muy cerca de ellos. El hijo tiene un conflicto porque se encuentra entre su madre biológica y la falsa madre que lo secuestró pero que lo trató de una forma muy cariñosa. Hubo momentos en los que la historia de Madre iba a ir por el mismo camino que esta. La relación ambigua de Elena y Jean es un gran acierto porque mantiene esa tensión durante toda la historia pero también un error porque acaba en la nada más absoluta.
No he entendido muy bien ni lo que pretende contar con esta historia y no he llegado a empatizar con los personajes, con ninguno y es una pena porque el cine de Sorogoyen me gusta mucho. Stockholm es una gran película que con un par de personajes y un par de localizaciones consiguen un gran impacto. Aquí en cambio todo queda muy diluido y en ningún momento conseguí entrar en la historia. Apenas cuenta nada y de lo poco que cuenta realmente no he entendido qué es lo que quiere decir. ¿Es una historia de superación, una historia de aprendizaje, la historia de un abuso? Quizás sea todo esto o no, el caso es que no la he sabido apreciar ni entender. No todo es negativo en Madre, la interpretación de Marta Nieto es impresionante, aunque a veces parece tan perdida como el espectador.
