La saga Mission: Impossible se ha convertido en un referente del cine de acción actual. Ha acumulado más de 1300 millones de dólares en todo el mundo con sus tres primeras entregas (la tercera llegó a los 400 pese a haberse estrenado en plena época ciencióloga/salto-en-los-sillones de Tom Cruise) por lo que estaba claro que antes o después iba a llegar una continuación. Cinco largos años hemos tenido que esperar pero visto el resultado, ha merecido la pena.
Esta vez es Brad Bird, director de “Ratatouille” y “Los increíbles” (dos referentes del cine de animación), nos muestra su ingenio a la hora de dirigir en imagen real. Toma el relevo a J.J. Abrams, que se limita a producir y de paso introduce a Josh Holloway en el reparto como quien no quiere la cosa (y yo se lo agradezco aunque su papel sea más corto de lo que cabía esperar).
El reparto sigue siendo uno de los puntos fuertes. Se nota que Tom Cruise se siente la mar de cómodo interpretando a Ethan Hunt y pese a estar a punto de cumplir los 50, el dueño de la nariz más sexy de Hollywood está en plena forma. Sabe también que la saga sin él no sería nada, igual que la saga Bourne no será nada sin Matt Damon, por mucho que quieran hacer caja con una nueva entrega protagonizada por Jeremy Renner, el segundo de abordo de M:I 4, por cierto.
Esta vez cambiamos a la preciosísima Maggie Q y a Michelle Monaghan por Paula Patton, que mantiene el tipo y se acopla bien a sus tres compañeros, pero en realidad cualquiera podría haber ocupado su puesto. Simon Pegg repite en M:I y tiene más protagonismo por lo que hay más humor en este capítulo. Como fan absoluto del cómico inglés, su papel es una de las cosas que más disfruté de la película.
Uno de los aspectos negativos de esta cuarta parte de Misión: Imposible es que no hay ninguna set-piece realmente espectacular, de estas que te dejan con la boca abierta (como nos tenían acostumbrados) a pesar de tener bastantes escenas ocurrentes y que incluso crean tensión e interés. La escena “Spiderman” que tanto aparecía en los trailers está muy bien pero no pasará a la historia como sí que lo han hecho algunas de la primera parte, por ejemplo. Pasa lo mismo con la escena final, la del garaje. Está muy bien rodada y coreografiada pero nos deja un poco fríos.
Conclusión: En general “Misión: Imposible – Protocolo fantasma” mantiene la calidad de la saga. No me parece la mejor secuela y en alguna ocasión nos lían demasiado contando lo que tienen que hacer en la misión y cómo van a hacerlo pero a cambio os puedo asegurar que es entretenida a más no poder. Las dos horas de metraje se hacen cortas y Tom Cruise sigue siendo genial. En fín que espero que haga la taquilla que se merece (por ahora todo parece indicar que así será) y que tengamos una nueva entrega dentro de poco. Y si es con Matthew Vaughn al mando mejor. Por pedir…
Nota: 8,2