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Crítica: Most Beautiful Island de Ana Asensio

Publicado el 08 enero 2018 por Reinfeld @reinfeld183
Crítica: Most Beautiful Island de Ana Asensio
La madrileña Ana Asensio es una actriz que empezó en al año 2000 en la serie juvenil Nada es para siempre y que ahora debuta como directora con Most beautiful island. Además de dirigir es la autora del guion y la protagonista. Para muchos Nueva York es una ciudad que conocemos sólo a través del cine, una ciudad ideal en la que han sucedido las más hermosas historias que hemos visto a través de una pantalla. Así era como el director sevillano Daniel Zarandienta nos la enseñaba en su película Encontrados en NYC. Ana Asensio nos muestra una ciudad difícil en la que sobrevivir cada día es un logro, trabajos precarios, falta de dinero y de oportunidades y casi todo en contra. Luciana es una de esas personas que luchan cada día. Apenas conocemos su pasado, intuimos que ha pasado algo que la impide volver a su país y que la retiene en esa isla de Manhattan. Lo que sí que conocemos es su presente, su batalla diaria y todo a lo que tiene que enfrentarse. La película nos muestra todos esos problemas, esa falta de recursos y un horizonte no demasiado esperanzador, pero rendirse no es una opción. La historia tiene dos partes, todo lo que nos muestra es de alguna forma un anticipo de lo que va a pasar después. Lo que podría ser una película de drama social al estilo de Ken Loach pasa a algo terrorífico no porque hayan extraterrestres, monstruos o algo sobrenatural sino porque, aunque excepcional es algo que es verosímil y que podría suceder. Es el lado oscuro del sueño americano, para que algunos triunfen y les vaya bien a otros les tienen que ir mal. Most Beautifull Island es el retrato de este segundo grupo. Crítica: Most Beautiful Island de Ana Asensio
Ana Asensio cuenta que lo que le llevó a escribir esta historia fueron sus propias experiencias. Cuando llegó a Nueva York tuvo que ir compaginando diversos trabajos mientras veía como sus ahorros iban menguando hasta que llegó un día en el que le ofrecieron un trabajo de apariencia inofensiva que luego acabó siendo otra cosa. Esa visión de la inmigración es lo que ella ha vivido y creo que esa veracidad se transmite perfectamente en la historia. Rodar con una cámara de 16 mm le ha ayudado a dar cierta movilidad y crear una cierta sensación de que lo que vemos sucede sin que haya un plan previo, como si estuviéramos siendo unos espectadores privilegiados de la vida de la protagonista. Que haya mezclado actores profesionales con personas que no se dedican a la interpretación también ayuda a crear un ambiente de naturalismo. Esa fue la forma en la que se hizo la película, los actores recibían unas pautas y las escenas se rodaban en una toma única con momentos que se dejaban a la improvisación. Que los actores no sean caras reconocibles hace que veamos al personaje y no al actor. Que cuando les pasa algo malo suframos más con ellos porque de alguna forma sentimos que lo que le pasa es real y no una historia inventada y que ellos sólo lo fingen. Tanto Ana Asensio como Natasha Romanova hacen un trabajo impresionante.
La película que ha tenido un gran éxito en EEUU en donde ha sido galardonada con el gran premio del jurado en el South By Southwest (SXSW, Austin) y recientemente nominada en los Oscars del cine independiente, los Independent Spirit Awards. Ya hemos podido verla en varios festivales aquí en España como el de Sitges o el Nocturna de Madrid. Ahora se estrena en salas comerciales acompañada del corto The Fourth Kingdom de Adán Aliaga y Àlex Lora, recién nominado al Goya. 

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