
[Redacción] @ecosdelviniloEs un hecho que Nacho Vegas juega en otra liga, va por libre y a la vez ofrece libertad al que escucha. Aún en sus momentos más espesos siempre deja una impronta con una valía a prueba de ensayos nucleares; un discurso que revisa historias tan personales que terminan por tornarse en monólogos del asturiano consigo mismo, sin con ello discriminar a todo transeúnte que se quiera montar en su tren. Este enorme disco doble Violética despunta en género femenino (buena noticia) con las voces de María Rodés, Christina Rosenvinge y Cristina Martínez adornando temas sólidos como Ser Árbol y tiernos como Todo o Nada, insuperables como Maldigo Del Alto Cielo -la gran joya de Violética que, aunque es una versión de Violeta Parra, tanto Vegas como Rosenvinge hacen suya con suficiencia- y la incisiva oda pop La Última Atrocidad. No todo es belleza, también hay altas dosis de realismo en El Puente De l’Ara, Vete A Ver La Ballena y la crudeza versada de Crímenes Cantados. Por otra parte el juglar asturiano también se permite endulzar el viaje con la suave nana Desborde y la perpendicular Un Ejemplo De Discreción (una composición con vuelo a motor apagado).
Violética no es un pasatiempo, ni siquiera un disco al uso, es más un volumen de pensamientos, reflexiones en nicotina y un canto a la genuina crónica de la vida que discurre en la última página de la sección de sucesos. Nacho Vegas no se permite concesiones y eso es una victoria irrefutable, una pétrea manita, y viaje directo a segunda división, para el mainstream.
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