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Título: Orígenes (I Origins)
Dirección: Mike Cahill
Guión: Mike Cahill
Reparto: Michael Pitt, Brit Marling, Astrid Bergès-Frisbey, Steven Yeun, Archie Panjabi, Kashish, Cara Seymour, William Mapother, Venida Evans, Ako, Dorien Makhloghi, Charles W. Gray, John Schiumo, Farasha Baylock, Christopher Santamaria, Sebastian Santamaria, Rhonda Ayers, Crystal Anne Dickinson, Venida Evans
Género: Drama
Duración: 113 minutos
Año: 2014
País: EE.UU.
Música: Will Bates, Phil Mossman
Fotografía: Markus Förderer
Productora: Verisimilitude / WeWork Studio / Bersin Pictures
Distribuidora: Hispano Foxfilm
Segundo largometraje del director estadounidense Mike Cahill, que despuntó en 2011 con “Another Earth” y que le supuso el premio especial del jurado en el Festival de Sundance al mejor drama. De momento, con “Orígenes” ya ha logrado el premio a la mejor película en el Festival de Sitges de este año. Festival al que acudió a presentar la película junto a una de las actrices, Astrid Bergès-Frisbey.
El Dr. Ian Gray (Michael Pitt), es un biólogo molecular que estudia la evolución del ojo humano. Después de un breve encuentro con una misteriosa chica (Astrid Bergès-Frisbey), su trabajo va a invadir su vida por completo. A medida que sus investigaciones continúan junto a su compañera de laboratorio, Karen (Brit Marling), descubren algo sorprendente con implicaciones de amplio alcance que complican sus creencias científicas y espirituales.
Cahill se sirve con maestría de un género como la ciencia ficción para encajar la historia que quiere contar y logra, una vez más, una película reflexiva, emotiva e intrigante. Michael Pitt es el protagonista de la cinta, y es su personaje el que sirve como hilo conductor a la historia. Pitt soporta con creces esa responsabilidad, además de estar muy bien rodeado. Tanto Brit Marling como Astrid Bergès-Frisbey consiguen unas interpretaciones firmes con dos personajes situados en polos opuestos.
Con un sello de identidad visual muy marcado (y muy cuidado), Mike Cahill repite la fórmula del Sci-fi Drama que tan bien le funcionó en su primer largometraje y vuelve a salir victorioso. Cahill se revela como un director a seguir, y confirma que tiene un talento particular para envolver sus historias con la cantidad justa de magia sin perder ni un solo gramo de consistencia.
El guión, firmado por el propio director, plantea un relato original y atractivo, invitando al espectador a que reflexione junto a los personajes sin proponer una respuesta fija. En la estructura se distinguen dos partes, la del pasado y la del presente, y la narración avanza con un pulso calmado. El único pero es una escena postcréditos que (como la mayoría) no aporta nada e incluso rompe un poco con el final.“Orígenes” no decepciona, ni tampoco lo hace Cahill, uno de esos nuevos directores que mantiene su personalidad (olvidándose de las cifras) en su segunda película y que apunta a una carrera con mucho futuro.
Crítica: Verónica Ortego