Un juego inocente como el de palabras encadenadas es el centro de una historia impactante entre dos personajes que durante unas horas medirán sus fuerzas en un combate desigual. Atada y amordazada una hermosa mujer “de cuerpo perfecto” ve en un video una confesión del que fuera su marido durante dos años. Es un asesino que sin piedad ha acabado con la vida de 18 personas, ella será la víctima 19 si nada lo remedia. A partir de esa premisa empieza una obra intensa que nos lleva por una gran variedad de estados emocionales, desde el terror y la tensión inicial, al desconcierto, la emoción y por supuesto sin olvidarnos de un toque de humor. Es necesario para soportar momentos tan intensos que haya un cierto descanso para que al espectador no le dé un infarto. La obra que fue escrita en 1995 por Jordi Galceran fue galardonada con el Premio Born de Teatre y que en 2003 conoció una versión cinematográfica dirigida por la actriz Laura Mañá en la que los personajes los interpretaban Darío Grandinetti y Goya Toledo. No la llegué a ver con lo que no conocía ni la historia ni cómo se desarrolla y es toda una ventaja porque así se disfrutan más los giros que da la historia. Ramón y Laura son dos personajes que van evolucionando a lo largo de la historia y es fácil imaginarse cosas que pueden estar pasando. La ventaja del teatro frente al cine es que lo que falta lo va llenando uno con sus pensamientos y con expectativas. Sin desvelar nada puedo decir que no sucedió como yo me lo imaginaba y me sorprendió gratamente el derrotero y el final. En esta obra es muy importante el trabajo de los dos actores. El escenario está prácticamente vacío, tan solo cuentan con unos maniquíes rotos. Ellos solos son los que tienen que contar toda la historia sin la ayuda de los artificios que un montaje más elaborado o que una versión en cine. La obra se representa en la sala Off del Teatro Lara en la que los actores están a un paso del público. Se notan las emociones y sabiendo que es una obra de teatro, una farsa llena de verdad a veces dan ganas de romper la cuarta pared e intervenir. Francisco Boira y Cristina Alcázar hacen un gran trabajo lleno de matices. Normalmente los solemos ver en trabajos con más humor, tanto en teatro o en cine o televisión. Un actor que funciona en comedia también lo hace muy bien en personajes dramáticos. Es más fácil que el espectador empatice con un drama o una tragedia que con algo cómico. Nadie en ningún lugar ni en ninguna circunstancia podría ser ajeno al dolor y al sufrimiento que padece Laura, en cambio no a todo el mundo le hace gracia las mismas cosas. Los dos protagonistas de la función coincidieron en 2010 como director y actriz en el corto Nubes que recibió el premio al Mejor Cortometraje Español en LesGaiCineMad. El director de la obra es Juan Pedro Campoy que también ha dirigido a Cristina Alcázar en La vida resulta, una comedia sobre el fracaso de nuestra generación y del que hablamos en esta página.
Palabras encadenadas es una obra emocionante de principio a fin. Todo un viaje de emociones, Muy recomendable. Está en cartel hasta el 30 de septiembre y se representa los Miércoles en función de las 20:15.