Para las mujeres el pelo es algo que representa su identidad femenina, no es casualidad que los nazis raparan a cero a las mujeres como forma de empezar su aniquilación. Es cierto que hay mujeres que deciden cortarse el pelo pero es una decisión voluntaria y el deseo de cambio es lo que hace diferente a cuando falta porque es una decisión impuesta por otros o como en el caso de la protagonista de Pelucas la falta de pelo llega por una enfermedad. Se agradece que el corto no gire en torno a la enfermedad de la protagonista sino que tan sólo sea el marco en el que esta se mueve y lo que importa es cómo se enfrenta (junto a su pareja) a esta gran dificultad en la vida. Ante una situación así es difícil saber cómo podemos reaccionar cada uno de nosotros, pero la protagonista hace de su enfermedad, o más bien de las consecuencias visibles y no deseadas una virtud. Si no tiene pelo bien está una buena peluca que le permita olvidarse de su enfermedad y fingir se otra persona. Al tratarse de una actriz es más fácil asumir otro rol haciéndolo de una forma lúdica y este es otro de los logros de este corto. Sin relativizarlo ni quitarle la importancia que tiene, la vida más larga o más corta hay que asumirla de forma positiva intentando superar los obstáculos a los que nos tenemos que enfrentar. El humor y la risa también sirven para aliviar el dolor. Si el guión es bueno por su acertada forma de presentarnos la historia se quedaría en nada sin una buena pareja de actrices como son Lola Marceli y Cuca Escribano. La naturalidad con la que nos presentan a estos dos personajes es impresionante. La complicidad, el cariño y el amor que se transmiten hacen que se sienta uno a gusto viendo esta historia. Un gran cortometraje que desde aquí recomendamos.