[Crítica] ‘Prisioneros’: “Dónde está mi hija”
Carlos Jordán Gonzalez 12 octubre, 2013 0
Dicen los entendidos que en su infinita sabiduría la naturaleza creó al hombre tal como es, pero que fue la sociedad, el estar acompañado de otros semejantes, la que le dotó de la herramienta definitiva que le distinguiría del resto de los animales: la conciencia, el pensamiento o como quieran llamarlo. Es esta herramienta la responsable de calmar el instinto salvaje que nuestra naturaleza animal nos ha legado. Pero, ¿qué pasa cuando otros instintos naturales, como el impulso de la protección, entran en conflicto con esa herramienta? Pues que, como hemos podido comprobar en multitud de ejemplos que la historia nos ha ofrecido, todos los valores morales y éticos aprendidos por el hombre en sociedad son desplazados para dejar florecer al animal que llevamos dentro. Y eso es lo que ha usado Denis Villeneuve como argumento principal en su película Prisioneros.
En este caso el detonante es un tema muy de actualidad y que apela a la sensibilidad de toda persona, como es el secuestro de niños. Villeneuve ha querido trabajar desde el punto de vista de los padres, recrearse en el sufrimiento y la desesperación de la desaparición de un hijo (sentimientos que se potencian si se trata de niños pequeños) y mostrar los límites a los que un padre puede llegar por el amor a sus hijos. Pero además ha buscado el toque paradójico, porque en medio de la deshumanización ha colocado a Dios como fuente inspiradora, motor del comportamiento y vía para la redención.
Y el rostro de la desesperación lo ha encontrado Villeneuve en la figura de Hugh Jackman, tan brillante como polifacético. El australiano interpreta a un hombre tradicional, afincado en un entorno rural con su familia y sus vecinos, católico practicante y defensor de la doctrina de “si quieres algo bien hecho hazlo tú mismo”. De la mano de Jackman llegamos a la cara más brutal y salvaje de este filme, pero su personaje no es más que la puesta en escena de los deseos que comparte con su mujer y sus vecinos, ya que ambas familias son víctimas del secuestros de sus hijas.
Su némesis en el celuloide es Jake Gyllenhaal, un actor que se supera interpretando al inspector de policía que lleva el caso. Es un hombre curtido por su experiencia, con una reputación a sus espaldas que desea mantener más por vocación que por fama, aunque ello conlleve cargar con la amargura y la frustración que denotan sus gestos. Su lucha es doble, pues no sólo debe sforzarse por encontrar a las niñas sino por lidiar con un padre capaz de todo.
Simple en su forma, genial en su interpretación y salvaje en su propuesta, Prisioneros es una película que, a pesar de su extensa duración, no deja indiferente al espectador. Les invito a disfrutar de un thriller vibrante, aunque para ello tendrán que hacer un esfuerzo por no olvidar que es cine, a pesar de la dureza del tema que toca.
[pinit] Share on Tumblr ETIQUETAS » critica, crítica de cine, Denis Villeneuve, Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, PortadaOK, Prisioneros, Viola Davis Escrito en » CINE, Críticas