En raras ocasiones me pongo a leer críticas antes de emitir las propias, esto para evitar cierto plagio de ideas o conflicto de emociones. La curiosidad me llevo a leer el juicio de Cinegarage y su atinada observación de que el documental le faltaba objetividad al engrandecer más la figura del piloto de Fórmula 1 con un fin mediático en vez del periodístico. ¿Acaso los documentales no tienen ese objetivo? Imponer su versión de los hechos ya sea para educar o cambiar opiniones sobre alguna causa que requiera nuestra atención.
El director Asif Kapadia fue extremadamente tímido, no quiso alterar en absoluto la leyenda de Senna. Se dedico a realizar una compilación de tomas de televisión de la carrera profesional de la personalidad y aderezarlo con las opiniones de los testigos de esos eventos. No existe nada nuevo que no se pueda leer en Wikipedia.
El éxito radica en que la vida de Ayrton Senna es un conjunto de sorprendentes momentos míticos que hasta la fecha causan emociones. Sin ser fanático de las carreras F1, logras reconocer que su habilidad para pilotear sobrepasa todo aquello que te llegas a imaginar del deporte: cuando en una escena lo vez tomar una curva en condiciones de lluvia en el Gran Premio de Mónaco no pude dejar de sorprenderme; este era un hombre de quien no podías entregarle el segundo lugar en nada.
El documental destila los mejores momentos sin la necesidad de ver tanto tiempo una carrera de autos esperando a que algo suceda. Logra mantenernos enfocados en las dificultades de Senna para lograr ser el mejor no por su falta de talento si no por su rivalidad con Alain Prost, quien utilizaba hasta la misma política en el deporte para lograr ser victorioso.
No deja de ser conmovedor que detrás de tal competidor existía su creencia en su constante comunión con Dios, una especie de destino trazado el cual era inevitable cumplir. Con cada minuto de duración que transcurría empiezas a sentir el peligro que involucra ser corredor de autos, cada diálogo profetizaba un evento inevitable.
La vida de Senna es tan increíble que un documental no lo puede contener, a Asif Kapadia se le salió de las manos el material y se dejo llevar por el sentimentalismo que evoca la leyenda. No hizo un adecuado trabajo de investigación del cual descubramos alguna faceta oscura del piloto, todo son suposiciones que se limitan a las expresiones incomodas del material visual, ni los comentarios son reveladores, son más bien respetuosos a la figura que fue y seguirá siendo este icono del deporte mundial.
Veredicto: Es una crónica , en ocasiones con pésima calidad de video, de una gran vida. Extremadamente conmovedora, emocionante y trágica.
Calificación: 8 de 10 . Tres estrellas de cinco.
Trailer Senna