Si hay un director coreano al cual espero con impaciencia su próxima película ese es Bong Joon-ho. En su corta filmografía alberga títulos como la magnífica Mother (2009), o sus dos obras maestras, The Host (2006) y Memories of Murder (2003), esta última uno de los títulos claves e imprescindibles del thriller moderno.
La anunciada adaptación del cómic de Rochette y Loeb era una buena noticia. Snowpiercer en papel, no es nada del otro mundo. Es muy buena su idea y planteamiento, pero luego sus viñetas se ven y poco más. Tanto sus dos partes los considero cómics altamente sobrevalorados. Pero si el director coreano se pone manos a la obra podría llegar a ser diferente.
Lo mejor de este lamentable descarrilamiento son sus minutos iniciales. Enseguida nos sitúa en ese tren lleno de supervivientes con una correcta y previsible ambientación y un humor negro tan notable como tan fugaz al desaparecer muy rápido de todo el metraje.
Nos las prometíamos felices, pero inexplicablemente la película cambia y se vuelve demasiado previsible. La excelente realización mostrada por Bong Joon-ho en sus anteriores trabajos aquí se limita a ser convencional y rutinaria.A medida que avanza la historia y nuestros "héroes" van pasando por los diferentes vagones, la película corre el serio peligro de desplomarse. No encuentro prácticamente ninguna satisfacción en ese avance tanto dentro como fuera del tren. No me atrapa, no me excita ni me conmueve. Esa presunta asfixia que tengo que sentir no está conseguida en ningún momento. El Rompenieves avanza y empiezo a aburrirme. Rápidamente me viene a la memoria otro título, la estupenda "El tren del infierno" (Runaway Train. 1985) de Andrei Konchalovsky que sí poseía una acción, tensión y diversión muy conseguidas. La película de Joon-ho no logra prácticamente en ningún momento esas sensaciones. Salvo un par de escenas bien resueltas, todo se resume en ir pasando de vagón en vagón a ver que nos depara, como si de una excursión de colegiales sucios se tratara.
Y lo peor de todo. Tras dos horas llega el "ansiado" momento final. El creador de todo este "tinglado" aparece... y se resuelve de la peor manera posible. El déjà vu aparece repleto de filosofía barata y prescindible. Un climax final estúpido y muy aburrido.
Bong Joon-ho crea demasiadas expectativas en ese vagón final y termina de decepcionar del todo. Al final es el menos interesante. Hemos visto alguno que quisiéramos saber más de él, como ese penúltimo mucho más oscuro.A todo esto debemos sumar el tremendo error de casting en el protagonista principal de la película, el insulso y falto de carisma Chris Evans. El resto del reparto cumple correctamente con la presencia del siempre estupendo Song Kang-ho.
Desafortunadamente Bong Joon-ho nos ha embarcado en un viaje aburrido y mal realizado. El guión no acaba de funcionar y la mano maestra que hemos disfrutado en sus anteriores películas aquí brilla por su ausencia.Muy poco destacable en esta esperada película, tan solo el vagón escuela y el brazo congelado consiguen interesarme realmente.
No me gusta Snowpiercer por:
- Falta de claustrofobia y asfixia en el tren. No está logrado el ambiente presuntamente opresivo. En muchas ocasiones nos olvidamos que estamos a bordo.
- Escenas de acción demasiado rutinarias y nada novedosas.
- Echo en falta más humor negro como el que aparece en los primeros minutos. Seguramente de lo poco bueno de la película.
- Los diferentes vagones son mostrados como de un mero documental se tratara, desperdiciando en muchos de ellos lo que contiene y se muestra. Un ejemplo claro es el citado penúltimo vagón.
- Nuestro prota barbudo. Se echa de menos un tipo como los de antes. El prototipo ochentero que nos cale hondo. En cada una de las escenas es absorbido por cualquiera del reparto, sobre todo por el "secundario" Song Kang-ho.
- El lamentable discurso final de Ed Harris. Filosofía barata y demasiada vista. ¿Para eso hemos recorrido todo el tren?
- El exterior del tren no está demasiado logrado. Hay momentos que parece una maqueta de Ibertren rociada con spray de nieve.
- Ese Fin del Mundo ni inquieta ni asusta. La historia no nos atrapa en ningún momento con ese terrible suceso.
- La falta de tensión, o más bien la torpe realización, no consigue angustiarnos ni entretenernos a lo largo de toda la historia. Hay más inquietud en cualquier vagón de Metro que en todo un Rompenieves.
- Los lloriqueos finales de nuestro héroe. Lamentables, explícitos y prescindibles.
Por cierto, ¿dónde duermen todos los habitantes de los vagones delanteros?...
Snowpiercer (Rompenieves)
Director: Bong Joon-ho. Nota: 4/10