Casi sin vida, como un vampiro.
★★½☆☆
Toda esa energía que vemos en los promocionales es sólo una ilusión gracias a una adecuada edición. Lo peor es que viendo las escenas conocidas dentro del contexto de la película, te quedas preguntando el porque desde un principio te causó fascinación.
El hecho de que Tim Burton y Johnny Depp colaboren de nuevo en una producción, garantizan lo mínimo que se puede esperar de su talento. Eso es lo que prácticamente se obtiene de la experiencia de ver la última obra de este dúo del cual espero que realizan una mejor búsqueda de su siguiente proyecto, se sabe de lo que son capaces, sin embargo se siente que este esa película es más de lo mismo. Ya parece que no quieren buscar retos que los lleven más allá de sus capacidades, se están estancando y no creo que sus carreras se lo merezcan.
Basada en la serie de televisión del mismo nombre y que pueden conocer a través del portal de You Tube. Estamos ante otra versión que toma algunos elementos para reconfigurarlos en algo casi irreconocible del original. Intentan duplicar los escenarios y los personajes, pero es evidente que el alma de la obra se pierde en una actualización innecesaria.
Barnabas Collins (Johnny Depp) es parte de una familia emprendedora en la industria pesquera de Maine durante el siglo XVIII. La ama de llaves Angelique (Eva Green) tiene un pequeño interés romántico en el señor, pero cuando ella desea su amor, él no le corresponde. Sin saberlo, resulta ser la dama una bruja que como venganza transforma a Barnabas en un vampiro, lo sepulta vivo y se dedica durante casi dos siglos a destruir la reputación de la familia Collins. Esto es sucede sólo en los primeros minutos bajo la siempre confiable dirección de Tim Burton, con su ya típica cualidad de hacer de estos momentos paranormales trascender a la realidad.
Después del emocionante prólogo es que nos trasladamos a 1972, donde la familia Collins continua con una terrible maldición y el negocio familiar ha sido casi destruido por una descendiente de Angelique. Es en esta parte donde la introducción de los familiares se toma su tiempo y hasta comenzamos a dudar si algo interesante esta a punto de suceder.
No es hasta que reaparece el desgraciado de Barnabas que vuelve a tomar aire la película gracias a la patentada actitud de perpetua confusión ‘Depp’. Como siempre el actor logra crear otro personaje tan distante de sus anteriores con la ayuda de manerismos, vestuario y peinado que no me hace dudar que el hombre puede ser una cucaracha y hacerlo bien. El mayor entretenimiento viene de ver como se adapta a la situación actual que van desde relaciones interpersonales, hasta como lidiar con su condición de vampiro.
La alegría nos dura poco tiempo porque la película se pierde en una continuidad de escenas que no logran superar el potencial proporcionado por la introducción trágica de Barnabas. Con alguna que otra risa, no existe un ritmo o tan siquiera coherencia en lo que se pretende transmitir. En un momento estamos impactados por los asesinatos de inocentes a manos de una vampiro muy hambriento y después pretenden que estemos alegres con detalles históricos, luego incluye dentro de la batidora un toque de arte gótico, actividad paranormal, lecciones familiares, romances y venganzas. Toda esa mezcla se sale de balance y no alcanza a ser ni una comedia, romance o terror, simplemente se queda en intentos.
Otro detalle es que se nos pide simpatizar por la causa de Barnabas cuando este hace cosas despreciables. Entiendo la necesidad de brindar algo de oscuridad al asunto, es sólo que no se logra tener simpatía por un protagonista que al parecer se merece su maldición. Ni que se diga de su falta de desarrollo durante la película, donde al parecer uno recibe recompensas por matar brujas.
El resto del elenco tampoco sale bien librado, me duele decirlo, pero ni Michelle Pfeiffer o hasta Helena Bonham Carter logran hacer sentir su presencia, porque son sólo actrices que sirven para aumentar la importancia de sus nombres en la publicidad. Si acaso la que merece un poco de compasión es Eva Green, quien alcanza a ser una entretenida villana con la requerida sobreactuación.
El desenlace contiene unas entretenidas secuencias de destrucción que logran despertarnos, a pesar de un giro inesperado y ridículo. Se vuelve como una muestra de lo que debió de haber sido toda la película, en una perfecta unión de fantasía y lo paranormal que en esta ocasión no le resulta del todo a Tim Burton.
La cinta es entretenida en sus bordes (en el inicio y final), es cuando llegamos al centro supuestamente sabroso, donde la combinación de tantos sabores no es tan delicioso como parece. Simplemente la película no funciona.