Revista Cultura y Ocio

CRÍTICA TEATRAL POR ORLANDO TÜNNERMANN5 de mayo a las 13:...

Por Orlando Tunnermann
CRÍTICA TEATRAL POR ORLANDO TÜNNERMANN
5 de mayo a las 13:49 ·
MAGIC MUSEUM BY YUNKE (PEÑÍSCOLA)
Entrada 8 euros.
C/Mayor 41
[email protected]

(FASCINACIÓN, UN LUGAR QUE EXUDA MAGIA POR CADA PORO DE ENSEÑA INVETERADA, UN SANTUARIO DE MISTERIOS, ARCANOS, BELLEZA
RETROFUTIRISTA "STEAMPUNK, MAGIA PARA EMBAUCAR, ENTRETENER Y SEDUCIR AL OBSERVADOR CON ILUSIONISMO Y PRESTIDIGITACIÓN EN ESTADO PURO)

Uno de los mayores dramas del ser humano, una catástrofe en toda regla, acaece cuando alcanzada la edad adulta defenestramos y olvidamos al niño que una vez fuimos. Morimos un poco cuando el niño interior se sume en una brumosa nube de recuerdos difusos y olvidamos el placer que dimana de la curiosidad y la fantasía, o cuando dejamos de creer en lugares de ensueño, donde lo imposible es factible, donde la felicidad tiene nombre de misterio, magos, taumaturgos, ilusionistas y prestidigitadores capaces de extraer palomas blancas de altaneras chisteras, adivinar el color y numeración de un naipe abrigado en las entrañas de una baraja completa o "desenterrar" áureas monedas ocultas en los "refajos" del observador.
Hay un lugar en la pintoresca Peñíscola que exuda arcanos indescifrables, magia, taumaturgia en estado puro rezumando por cada uno de sus poros de enseña inveterada. Un lugar para reconciliarse con aquel niño que abandonamos a su suerte cuando la pubertad se transformó en madurez: MAGIC MUSEUM BY YUNKE.
Cruzo por delante de la puerta en mi primera incursión en esta ya inolvidable población que se me asemeja a Ibiza en el colorido blanco de las casas, tiznado de azul cerúleo, calles angostas y empedradas que buscan la verticalidad, y sobre todo un encanto innegable que se ha granjeado con creces el calificativo y ditirambo (elogio) como uno de los pueblos más hermosos del país. Volviendo al museo, cruzo por delante de la puerta y me quedo epatado (asombrado). Un zaguán muy novelesco se asoma a un universo sibilino de fascinación, trucos incomprensibles, manos que vuelan como mariposas para ejecutar maniobras que el ojo no puede seguir, que reproducen ante la mirada atónita pañuelos de colores, cuerdas rotas que de pronto están unidas, juegos de espejismos donde la mirada busca interpretaciones a sucesos inexplicables que un mago muy avezado, en este caso la bella maga Sofía Lerma, dispone ante nosotros con una sonrisa plateada y una simpatía que parece burlarse de mi ensimismamiento...
El museo es precioso, coqueto, romántico, envolvente, "silueteado" con la elegancia "retrofuturista" de los maravillosos Steampunks, de quienes soy ferviente seguidor admirador. Un halo victoriano, decimonónico cosido a las paredes, arcanos irresolubles, fantasía, un colosal dragón que pende del techo con hambre atrasada, reflejos de una época anterior se asoman a retratos del inefable Juan Tamariz y el escapista Harry Houdini. 
Franqueo el umbral del museo, después de departir en varias ocasiones con la risueña Marta, esa muchacha en recepción que te regala una sonrisa nada más clavarte los ojos en el alma, franqueo el umbral, decía, como si un bucle temporal me hubiese catapultado al siglo XVIII-XIX. He llegado un poco tarde y Sofía Lerma tiene a su alrededor a un grupito de niños embelesados que la observan como si acabasen de conocer a su hada madrina.
Está tan cerca la maga que puedo discernir el color de sus ojos. No sé cómo diantres lo hace, pero sus manos fabrican trucos que no puedo asimilar delante de mis narices. Los niños que la rodean siguen embelesados, se hallan sin duda en un paraíso terrenal donde siempre suenan canciones y las nubes son de colores. Con mis propias manos he partido en dos piezas un cordel. Lo mismo han hecho otros asistentes. De nuevo busco respuestas en un cosmos demasiado grande para mi rango comprensivo. No sé cómo diantres lo ha hecho Sofía, pero el cordel ya no está roto, aparece ante nosotros incólume. La visita al museo es totalmente recomendable, imprescindible diría yo, mucho más emocionante que esos hábitos tan sedentarios de tostarse al sol desde que amanece hasta el ocaso. Vaya, que incompatible no es. En este punto, llegando ya al cierre de mi crónica, un abrazo virtual para el mago Ángel Blanco que actuaba en el museo durante el Puente de Mayo. ¡Qué tipo más simpático y encantador! No pude acudir a verte finalmente, imperdonable. Tengo una cita pendiente con la magia. A Yunke no tuve el placer de conocerle. A través de la maravillosa telaraña cibernética de Internet he podido averiguar que es uno de los grandes ilusionistas contemporáneos, mediático y eximio (excelso) allende los mares. La magia y yo tenemos que conocernos un poquito más. Acércate al museo de magia en Peñíscola, no podrás dejar de contemplar ese entorno tan misterioso y seductor en su estética retrospectiva: retratos de magos ínclitos (célebres), carteles, propaganda, artilugios relacionados con el arte de la magia. Por cierto, el piano que verás en este museo, casi arrumbado en un rincón, es el original de la película "Big", donde hacía sus pinitos en el cine un jovencísimo Tom Hanks.
Ha sido un placer visitarlo y conocer a gente tan encantadora.
Un abrazo virtual de ORLANDO TÜNNERMANN WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
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