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Crítica the crown (2016-2013), por albert graells

Publicado el 03 mayo 2024 por Matias Olmedo @DragsterWav3
CRÍTICA THE CROWN (2016-2013), POR ALBERT GRAELLS

"The Crown" es una serie televisiva que se destaca por su monumentalidad en la producción, el meticuloso detalle en la recreación de época y el deslumbrante despliegue de actuaciones. Desde la majestuosidad de los palacios hasta los más mínimos adornos en las vestimentas, la serie se erige como un monumento al arte del diseño y la producción. Sin embargo, bajo el lustroso manto de su espléndida realización técnica y artística, yace una visión profundamente antipática de los miembros de la realeza británica.
A lo largo de sus seis temporadas y 60 capítulos, la serie pinta un retrato desolador de la familia real británica, presentándola como una colección de individuos desprovistos de cualquier atisbo de inteligencia emocional o sentido común. Cada miembro de esa familia, desde la Reina Isabel II hasta los más periféricos, es representado como un ser obtuso, desconectado de la realidad y atrapado en sus propios caprichos y egoísmos. La protagonista tiene a su marido cogido por los huevos porque está celosa hasta de las cortinas y no encuentra otra felicidad en su vida que en joder la de su hermana y putearla. El marido es un inútil cuya única ocupación a lo largo de seis décadas es buscar una ocupación con la que tratar de fingir que está haciendo algo útil. La hermana es una alcohólica emocional y económicamente dependiente de quien le está destrozando la vida. La madre metió en un manicomio de por vida a dos primas deficientes mentales por vergüenza. El tío escribía cartas de amor a Hitler pidiéndole que bombardeara su propio país para volver al trono. Y la abuela dejó que mataran a unos niños por envidía. La hija es una chivata que espía los secretos de su hermano para sus padres... los demás hijos y nietos también tienen lo suyo, pero, comparados con los que he mencionado, parecen Jesucristo.

CRÍTICA THE CROWN (2016-2013), POR ALBERT GRAELLS
La serie parece empeñada en retratar a la realeza como una galería de idiotas privilegiados, cuyas acciones y decisiones carecen de cualquier atisbo de profundidad o complejidad. El cretinismo omnipresente de los miembros de la familia real no solo socava cualquier intento de empatía o comprensión hacia ellos, sino que también reduce la credibilidad y el impacto emocional de la narrativa. En lugar de explorar las complejidades inherentes al ejercicio del poder y la responsabilidad en una monarquía moderna, "The Crown" opta por presentar a sus protagonistas como meros títeres de sus propias debilidades y caprichos.
Si bien las actuaciones son indudablemente impresionantes, con actores que encarnan sus roles con una habilidad magistral, y la caracterización de los personajes reales es muy notable, otros aspectos caen la pretensiosidad. Hay mucho relleno, no sólo en algunos de los capítulos, hay episodios enteros que son simple relleno, sobretodo en las últimas temporadas. Muchas escenas se nota que las hacen simplemente para alardear de presupuesto y medios de producción.
A pesar de sus virtudes técnicas y estilísticas, "The Crown" se ve lastrada por su enfoque simplista y unidimensional de la realeza británica. Al final, la serie deja una impresión de oportunidad desperdiciada, ofreciendo poco más que un desfile de estereotipos sin profundidad ni resonancia emocional. En lugar de desafiar al espectador a reflexionar sobre el papel y la naturaleza de la monarquía en la sociedad contemporánea, "The Crown" opta por el camino fácil de la superficialidad y el sensacionalismo.

 Mi calificación es: 

CRÍTICA THE CROWN (2016-2013), POR ALBERT GRAELLS


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