Es sorprendente que Michel Gondry, después de películas como “Olvídate de mí” o “Rebobine, por favor” haya dirigido “The Green Hornet”, un blockbuster al uso con un gran presupuesto (120 millones de dólares) del que en Estados Unidos sólo ha conseguido recuperar una parte (78 millones).
La película tiene varias carencias que hacen tambalear el conjunto aunque desde luego no es lo que parecía en un principio (Al menos a mí me daban muy mal rollo los trailers). Lo peor que podría achacarle a la película es que no tiene absolutamente nada nuevo que aportar, ni como película de acción, ni como film de super héroes y mucho menos como comedia.
Sí que es cierto que Michel Gondry sabe dirigir con estilo y las escenas de acción realmente se salvan con algunos efectos muy chulos. Es una de las pocas cosas que pueden evitar que caigamos víctimas de un sopor incontrolado.
El guión es bastante flojo al igual que uno de sus creadores, que a la vez es protagonista de la cinta. Y es que, hay que admitir que Seth Rogen no pega ni con cola en esta película, por muy parodia o muy comicquera que pretenda ser. No es un mal actor ya que en otras películas sí que da la talla y hasta resulta gracioso pero ponerse al frente de “The Green Hornet” ha sido un grave error.
Su compañero inseparable en la película está algo más convincente (ya sólo por su asombroso parecido con Bruce Lee debería bastar) y curiosamente el penoso acento de su doblaje es casi lo único que hace gracia en toda la película (algún gag bueno hay pero son demasiado escasos).
Y respecto a los restantes cabeza de cartel debo decir que no me han gustado nada, ni Cameron Diaz que en esta película es poco más que una estatua envejecida y algo demacrada aunque con un cuerpo bastante potente aún, ni Christophe Waltz que intenta crear otro villano mítico (como el de “Inglorious Basterds”) pero se queda nada, una parodia bastante desconcertante, insulsa y poco entusiasta.
Conclusión: “The Green Hornet” es una película entretenida en general pero nada del otro mundo. Parece que no termina de encontrar su sitio, se queda entre varios generos sin llegar a despuntar realmente en ninguno y los actores están a años luz de conseguir una actuación que merezca la pena recordar. A pesar de todo esto, no es ni mucho menos una mala película, simplemente un blockbuster digerible y olvidable nada más salir del cine.