Revista Cine
Inspirada en hechos reales, Ridley Scott estrena en España el 24 de febrero la película "Todo el dinero del mundo". Un thriller bien desarrollado cuyo mayor valor reside en el personaje de Jean Paul Getty, el rico magnate del petróleo que interpreta magistralmente Christopher Plummer.
No vamos a descubrir al director Ridley Scott, una leyenda viva cuyo talento todavía se distingue en algunos de sus últimos films. Será difícil que vuelva a sorprender con títulos como "Alien, el octavo pasajero", "Blade Runner" ó "Gladiator" pero su magia aún se percibe en "Marte" o ahora en "Todo el dinero del mundo".
Con todas sus diferencias, en su filmografía no había encontrado una trama tan bien estructurada desde "Red de mentiras". Pese a contar con un personaje que supera cualquier ficción como es Jean Paul Getty, no era sencillo trasladar un ritmo constante que mantuviera el interés del espectador. Sin duda lo consigue en su atrevido intento de plasmar todo lo que rodeó al rapto de Paul Getty, nieto del magnate, en los años 70.
Estamos destacando el trabajo de Christopher Plummer como J.P.Getty en una interpretación que parecía condenada al fracaso ya que inicialmente se había rodado con Kevin Spacey. Tras conocerse los presuntos abusos del actor, se decidió eliminarlo totalmente de la película y volver a rodar las escenas con Christopher Plummer en apenas nueve días. Lo que parecía una invitación al desastre, sorprendentemente derivó en la única nominación al Oscar de "Todo el dinero del mundo".
Mi interés no radica tanto en la evolución del secuestro (quizás lo menos interesante de la película) como en el retrato de la familia Getty basado en el libro "Painfully Rich: The Outrageous Fortunes and Misfortunes of the Heirs of J. Paul Getty" de John Pearson. El millonario fundador de Getty Oil se presenta como un hombre sin escrúpulos, huraño y muy ambicioso. No mantiene apenas contacto con sus descendientes y sólo es capaz de gastar dinero en antigüedades de gran valor económico. Su cuñada (Michelle Williams), madre del chico raptado, es un personaje de carácter fuerte y decidido pero que no cuenta con la aprobación de Getty.
El enfrentamiento entre ambos desvela los mejores momentos de "Todo el dinero del mundo", un duelo interpretativo que cuenta con Mark Whalberg de intermediario aunque incapaz de dar réplica a sus compañeros. Tampoco Charlie Plummer ni Romain Duris, que interpretan al nieto raptado y a su captor respectivamente, consiguen llegar al alma de los personajes o, al menos, dotarles de una entidad propia.
Nos complace encontrar a Ridley Scott en plena forma con títulos como éste que se caracterizan por su calidad y riesgo. Un drama disfrazado de thriller que apunta más allá del mero secuestro. Una película con rasgos de otros tiempos. Otros tiempos que, sin duda, fueron mejores.
José Daniel Díaz
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