Un debut sin chichá ni limoná La inteligencia artificial y el peligro que supone el avance científico-tecnológico para la sociedad cuando se franquean ciertos límites éticos y morales, han sido objeto de películas de ciencia ficción memorables. Títulos como Blade Runner, por citar uno de mis preferidos, combinaban de forma magistral la reflexión con el entretenimiento, y dejaban un poso en el espectador además de personajes inolvidables. A Transcendence, el debut en la dirección de Wally Pfister, conocido director de fotografía de las películas de Christopher Nolan (Origen, El caballero oscuro: La leyenda renace, Memento...) no vamos a exigirle tanto. Pfister ha cometido el error del principiante, ambicionar más de lo que un primerizo puede abarcar. Y lo peor que puede pasar en una película de estas características es que te quedes a medio gas y que tu propuesta sea intrascendente.
El resultado es un trabajo que parte de un planteamiento interesante (enfrentamiento entre científicos visionarios y los terroristas anti-tecnológicos) pero que según avanza cae en un thriller difuso y falto de emoción cuyos personajes, a excepción quizás del personaje de Rebeca Hall (una moderna doctora Frankenstein), no logran conectar con el público. A pesar de su atractivo visual y de su elenco encabezado por Johnny Deep (siempre mejor en papeles excéntricos que en personajes aparentemente normales), Paul Bettany, Rebecca Hall, el ubicuo Morgan Freeman o Cillian Murphy, Transcendence es una propuesta que sabe a poco y a la que le falta personalidad.
Poco ayuda la interpretación de Depp en la figura de ese científico con ecos a Steve Jobs (Will Caster) reconvertido luego gracias a su amada y su mejor amigo en una máquina todopoderosa que aspira a una nueva era tecnológica mundial y que uno no sabe si es bueno, malo o qué puñeteros planes tiene. Lo cierto es que el actor favorito de Tim Burton, el pirata más desastrado del cine moderno... se limita aquí a cumplir con el rol asignado y su semblante apático y frío (por mucho que sea un robot) no ayuda a que el espectador se involucre demasiado en la historia de amor que se cuenta.
Un romance que por otro lado, es de lo más destacado del film, por cuanto remite al mito romántico de morir por amor, de darlo todo por recuperar la persona amada. Así, Evelyn (Rebeca Hall) llega al extremo de transferir la conciencia de Will a una computadora de última generación para no perderle definitivamente. En este sentido, cuando vemos a la pareja protagonista compartir momentos de amor virtuales nos viene a la memoria Her (Spike Jonze; 2013), únicamente por el mero hecho de que también se trataba de un romance entre un ordenador inteligente y un humano, ya que hay un abismo entre ambas películas.El principal problema de Transcendence es su poca claridad argumental y su tratamiento tan superficial a la hora de tocar muchos temas. Al final el espectador no sabe si ha visto un drama romántico, una de acción, un thriller tecnológico, ciencia ficción...lo que sí queda claro es que estamos ante un debut insatisfactorio.Lo mejor:El comienzo, el aire a ciencia ficción de serie b que destilan algunas escenas como las de superhombres dominados por un computador omnipresente y omnipotente.Lo peor: El pasotismo de Johnny Depp (por mucho que haya cobrado como el que más), el doblaje en español de Paul Bettany, las pobres escenas de acción.