Crítica: 'Un Dios salvaje'

Hace ya unos días tuvimos nuestro momento gafapasta en el cine (bueno mi novio dice que lo soy de por sí, pero no es del todo cierto ;D) cuando fuimos a ver “Un dios salvaje”, la última película de Roman Polanski en la que dos matrimonios se enzarzan en una acalorada discusión por una pelea de sus respectivos hijos.

Lo primero que llama la atención de la película es la atmósfera claustrofóbica que crea el director, fiel reflejo de su situación actual y de sus sentimientos. “Un dios salvaje” está basada en una obra de teatro de Yasmina Reza, por lo que tener un único escenario (la casa del matrimonio más modesto económicamente hablando) le viene que ni pintado.

Lo que a priori más destaca del conjunto es el plantel de actores; Jodie Foster en un papel demasiado histriónico (el doblaje esta vez tampoco le favorece), Kate Winslet mucho más comedida, Christoph Waltz genial como siempre y John C. Reilly que aporta mejor que nadie su toque cómico. Por cierto, los tres primeros tienen en su casa un Oscar de la academia (bueno, Jodie tiene dos).

Tras un comienzo genial en el que podemos ver la pelea de los niños desde la lejanía, Polanski nos mete de lleno en el conflicto de los padres. La tensión entre ellos es proporcional a la comicidad de la situación, con esos intentos de despedida en los que los padres del agresor siempre acaban volviendo a la casa. Hay también varios intentos de generar malestar en el espectador (la escena del vómito es la más explicita, demasiado quizá), mostrándonos de paso los defectos de los personajes. Defectos que serán utilizados por el resto del grupo, por supuesto.

Técnicamente la película es sensacional. Polanski usa los espejos para dar más profundidad dentro de un escenario tan cerrado así como planos detalle que nos ayudan a meternos aún más en la historia. No hay rastro de los famosos planos en primera persona esta vez, el sello personal del director.

Conclusión: “Un dios salvaje” es una comedia entretenida (la hora y veinte minutos que dura se pasa volando), tiene un guión genial, un reparto espectacular… En general todo lo que se puede decir sobre ella es positivo. En mi opinión el único fallo es que la tensión contenida y el malestar generado no terminan de explotar en ningún momento. El final me dejó bastante frío ya que todo se corta abruptamente y sin dar una resolución lógica, es casi como si cayera el telón al acabar el primer acto. Nos quedamos esperando el segundo pero no, tan sólo unos títulos de crédito con una escena de los hijos de ambos matrimonios (otra genialidad sin decir una palabra, igual que el comienzo). Aún así “Un dios salvaje” es una propuesta muy recomendable y original.

Nota: 7