CRÍTICA: Wicked. Memorias de una bruja mala

Título: Wicked. Memorias de una bruja mala

Autor: Gregory Maguire

Nº de páginas: ~512

Editorial: Planeta

Sinopsis: Todos conocemos la historia del clásico El Mago de Oz, de Frank L. Baum, ya sea por la película de Disney, o por otro tipo de adaptaciones. En todo caso, el singular color de piel de la Malvada Bruja de Oeste nunca ha pasado por alto. Precisamente aquí comienza nuestra historia en Wicked: la pequeña Elphaba, hija de la bella Melena de alta cuna, nace verde. Y con unos dientes afilados que jamás una madre ha visto antes en su pequeño retoño. Pero Elphaba tendrá unas ambiciones para nada sencillas... así como un destino ineludible.

Comentario

Leí este libro hace casi un año, así que no puedo hablar de él en profundidad, pero recuerdo gratamente las sensaciones que me provocó. Admiración, aversión hacia ciertos personajes, total apego a Elphaba... Gregory Maguire te atrapa entre las páginas como pocos autores de fantasía actual son capaces de hacerlo. 

Elphaba es una protagonista excepcional, con una profunda personalidad, gran carisma y un carácter de hierro que sólo se tambalea ante los golpes más duros del destino. Y pese a que ella sola conforma el mayor atractivo del libro (sin desmerecer al resto de personajes, que terminan de aderezar la obra de manera muy adecuada), no podemos obviar el trasfondo, el mensaje que nos aporta. Asimismo, cabe también destacar la presencia de Fiyero y Glinda. El primero queda lejos de ser el típico príncipe azul de cuento y aporta un grado más de drama a la historia principal. Glinda, sin embargo, durante la segunda etapa de la obra parece ser el contrapunto perfecto para Elphaba. Tristemente, su desarrollo deja mucho que desear.

No nos podemos quedar sólo con la trama central, o con los personajes principales, puesto que sería un error no destacar lo que envuelve todos estos elementos: las diferentes razas, las historias de las distintas regiones, las diferencias culturales... Todo hace de Wicked una obra adulta que te sumerge hasta el fondo de la fantasía.

Personalmente, considero que es uno de los mejores libros que he leído en años. El musical no hace honor a la obra original, aunque, eso sí: las canciones son una maravilla.