Crítica | “Y de repente tú”, la comedia romántica del año

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Ficha técnica | Título original: Trainwreck. Director: Judd Apatow. Guión: Amy Schumer. Reparto: Amy Schumer, Bill Hader, Tilda Swinton, Brie Larson, Colin Quinn, Vanessa Bayer, John Cena, Ezra Miller, Lebron James. Género: Comedia romántica, Drama. Duración: 125 minutos. Año: 2015. País: USA. Fotografía: Jody Lee Lipes. Música: Jon Brion. Productora: Apatow Productions, Universal Pictures. Distribuidora: Universal Pictures España.

Amy Schumer escribe y protagoniza esta comedia romántica de enredo con toques dramáticos, sobre el miedo al compromiso cuya peculiaridad radica en que en es ella la que no es capaz de comprometerse, cosa que está bien planteada.

Desde pequeña, Amy (Amy Schumer) ha oído a su padre decir que la monogamia no es realista. Ahora 23 años después, la periodista vive según las creencias que le inculcó su padre, disfrutando de la vida sin ataduras. Sin embargo, un día conocerá a un médico deportivo, Aaron Conners (Bill Hader), del cual escribirá un artículo y al final acabará enamorándose. A partir de ahí se replanteará sus creencias y su estilo de vida.

Sinceramente me ha gustado. “Trainwreck”, que poco tiene que ver con la traducción del título en castellano “Y de repente tu”, nos plantea el miedo al compromiso y la monogamia en el lado femenino, a través de un guión hilvanado por Amy Schumer a la perfección, lleno de detalles, chistes, referencias actuales, tanto culturales como deportivas, cameos interesantes, como el de LeBron James como amigo y consejero de Aaron o el de Stoudemire, cuyo cameo es de los más divertidos de la película. Todo ello dirigido por Judd Apatow, consagrado en el género de la comedia romántica.

Amy, interpretada por la propia Amy Schumer, es una mujer extravagante en muchos sentidos, donde ella ve seguridad y un ideal de vida los de alrededor lo ven como autodestrucción. A pesar de que tiene una relación más o menos seria con Steven, interpretado por John Cena, no le importa emborracharse y acabar con cualquiera en la cama, cosa que vemos desde el principio de la película. A la hora de dar su opinión en su trabajo, cuya jefa está interpretada por una camaleónica Tilda Swinton, no se corta para nada. Por si esto no fuera poco, también le gusta colocarse, hablar abiertamente sobre sexo y conquistas y detesta los idealismos familiares, cosa que le hace saber a su hermana, rol que toma Brie Larson, pero a la vez esta es quién le pone los pies en la tierra. Aunque todo cambiará cuando conozca a Bill Hader, es decir, Aaron Connors, un médico deportivo que la conquistará, a pesar de sus miedos y reticencias. Aunque como todas estas películas de enredos, algo fallará.

“Y de repente tu” se enfrenta a los clichés de este tipo de comedias románticas con una buena dosis de cinismo, realidad, múltiples temas, momentos cómicos, escenas dramáticas apropiadas, toque hilarantes, mucho diálogo que no da tregua al espectador, grandes interpretaciones como la de la propia Amy Schumer o Bill Hader, cuyo tándem funciona a la perfección y una dirección de Jude Apatow a la altura, porque aquí solo dirige, siendo esta su primera vez, ya lo había echo en algún capítulo de series, pero era la primera vez en la que el no pone la “voz” a la película y le ha salido algo muy maduro.

En definitiva, para mí la película es de 7, me he echado unas cuantas risas, aunque creo todo radica en este pequeño cambio en el género, en todo el corazón y las experiencias que le ha puesto sobre el papel la guionista, protagonista y productora a la película, cosa que le ha venido de maravilla, sin contar con las grandes interpretaciones que tiene por parte de los protagonistas: Amy Schumer, Bill Hader, Tilda Swinton o Brie Larson, sin olvidar la divertida situación con Ezra Miller. Además hay que añadir los cameos de LeBron James, aunque con bastante peso en la historia, Stoudemire, Daniel Radcliffe, Marisa Tomei o Matthew Broderick, entre muchos otros. Para mí, muy recomendable, no es una comedia romántica al uso, es diferente para bien.

Crítica: María José Díaz-Maroto